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31 de enero de 2024

Cinco años sin Otto Vargas, primer secretario general del PCR

“Vale la pena luchar por el comunismo”

El próximo 14 de febrero se cumplirán cinco años del fallecimiento de nuestro querido camarada Otto Vargas, quien fuera el primer secretario del PCR, desde su fundación en 1968, hasta su fallecimiento en el 2019.

En estos tiempos en el que el reaccionario presidente Milei se presenta ante los poderosos del mundo hablando pestes contra el comunismo, es bueno recordar la vigencia y el legado de Otto Vargas para los revolucionarios de nuestro país y del mundo. En su obra en la construcción de un partido marxista leninista maoísta como herramienta revolucionaria, y en sus aportes teóricos, los comunistas revolucionarios tenemos formidables armas para avanzar en el camino de la liberación nacional y social, y para demostrar las falsedades de los libertarios así como de todos los reaccionarios y entreguistas, que mienten sobre las supuestas bondades del sistema capitalista imperialista, para ocultar que son sirvientes de los poderosos del mundo.

En esta edición reproducimos extractos de la charla inaugural de un Ciclo de Conferencias del Instituto Marxista Leninista Maoísta dado en el 2014 en la Ciudad de Buenos Aires. La charla lleva por título “Las enseñanzas de Mao Tsetung y su vigencia actual, en el siglo 21, para la Argentina”.

 

Un momento de grandes virajes

Quiero referirme a este momento. Un momento de grandes virajes en la historia de la humanidad. Un momento en el que cambios estremecedores conmueven al mundo.  El derrumbe del sistema esclavista en occidente fue un proceso en el que se sucedieron grandes rebeliones de esclavos, como la que lideró Espartaco, a fines del siglo 1 antes de Cristo, contra Roma. Durante siglos se sucedieron sublevaciones, guerras civiles, invasiones extranjeras, hasta la caída del imperio.

Lo mismo sucedió en la lucha contra el feudalismo, con grandes rebeliones y guerras campesinas, hasta que triunfaron las revoluciones burguesas. No le fue fácil a la burguesía mantener su poder, sufrió repetidas restauraciones monárquicas. Y siglos también le llevó a la burguesía imponer su dictadura de clase.

Lo mismo ha sucedido en la lucha contra el capitalismo, con las revoluciones proletarias con sus triunfos y derrotas.

Por eso, en la lucha por el socialismo, cobra gran importancia el nuevo y superior desarrollo teórico del marxismo: la teoría de la continuación de la revolución en las condiciones de la dictadura del proletariado, de Mao Tsetung. Y la práctica que inspiró y de la que a su vez se nutrió esa teoría, la Revolución Cultural proletaria, que dio respuesta a qué hacer cuando la clase obrera toma el poder para que no degenere el socialismo y se restaure el capitalismo.

El revisionismo del marxismo–leninismo, que coronó su trabajo de zapa en el 20 Congreso del Partido Comunista de la Unión Soviética, generó una capa burocrática que utilizó sus privilegios políticos para generar privilegios económicos y sociales. Hoy Rusia está gobernada por 110 grandes millonarios. La mayoría de ellos son viejos burócratas de la época anterior.

Las dos preguntas que se formuló Mao Tsetung fueron: ¿Podía suceder en China lo que sucedió en la URSS? Y ¿Existían en el PC de China seguidores del camino capitalista como los que hubo en el Comité Central del PCUS? La respuesta fue sí. El problema era que estaba desatada una lucha por el poder entre los verdaderos comunistas y los seguidores del camino capitalista.

Con la derrota de la Revolución Cultural en 1978, después de más de 10 años de lucha y luego de la muerte de Mao, se cerró una etapa del desarrollo del movimiento revolucionario del proletariado mundial.

Una etapa en la que en un momento la clase obrera tomó el poder y tuvo “la sartén por el mango” en la tercera parte de la tierra. Hoy China, como dijimos, se ha convertido en “la locomotora del sistema capitalista mundial”, así la llaman. Se demuestra, así, que el tránsito al comunismo con su dialéctica de luchar, fracasar; volver a luchar, volver a fracasar; hasta triunfar, cubrirá toda una etapa histórica.

Conocimos el comunismo triunfante en la tercera parte de la tierra. También tuvimos la suerte de conocer Cuba en 1959, cuando triunfó la Revolución Cubana, la primera revolución “hablada en castellano”, antes que degenerara al igual que los otros países que fueron socialistas.

Nosotros fuimos contemporáneos y conocimos al Che. Conocimos la China de la Revolución Cultural y conocimos todos esos países, cuando se restauraba en ellos el capitalismo.

 

Un mensaje a los revolucionarios

¿Qué mensaje podemos dejar hoy a los revolucionarios, especialmente a los jóvenes, cuando una profunda oleada anticomunista invade al mundo y provoca escepticismo? Un profundo escepticismo.

Cuando se quiere transformar al trotskismo en doctrina legítima para el triunfo de la revolución. Tienen página permanente en Clarín y otros medios.

Cuando en Google, buscando imágenes de Hitler y Musolini, te ponen juntos a Hitler, Musolini y Stalin. A Stalin, que cometió tremendo errores, no voy a decir que no. ¡Pero Stalin dirigió al ejército que aplastó al nazifascismo en la Segunda Guerra Mundial!

San Martín venció en Maipú. Aníbal cruzó los Pirineos y ganó las Guerras Púnicas. César cruzó el Rubicón, Napoleón ganó grandes batallas ¿y el ejército que ganó la guerra más grande de la historia, en la que murieron 20 millones de soviéticos, no lo dirigió nadie? Como dijo el tonto de Jruschov, que Stalin dirigió esa guerra con un globo terráqueo. Stalin, dirigiendo el Ejército Rojo, fue el que derrotó al fascismo. No se puede poner su foto al lado de la de Hitler y Mussolini, cuando Stalin fue quien los derrotó, para suerte de todos nosotros. Imagínense cómo sería el mundo si el fascismo hubiera triunfado a escala mundial. Pero nos bombardean mañana, tarde y noche.

¿Qué mensaje les podemos dejar a los revolucionarios, en particular a los jóvenes? Que estudien el marxismo–leninismo–maoísmo, como ciencia de la revolución y para aprender también la posición y el método que adoptaban los fundadores de nuestra doctrina para examinar y resolver los problemas. Además estudiar nuestro patrimonio histórico, para integrar esa teoría a la realidad nacional, con sus características propias y de acuerdo a cada momento político.

Porque no hay recetas para copiar. Tenemos que seguir construyendo un Partido capaz de dirigir la revolución que nuestro país necesita.

Hoy, si nos preguntan si vale la pena luchar por el comunismo, les decimos –con la misma fuerza y convicción con la que comenzamos esta lucha hace muchos años– que sí, que no hay otro camino para lograr la liberación de los explotados y oprimidos por el capitalismo, que la lucha por el comunismo. Lucha que será muy larga y dura, pero que triunfará.

 

Hoy N° 1996 31/01/2024