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16 de noviembre de 2016

Mao siempre resaltó el papel del fusil y del trabajo cultural para poder unir al pueblo en su camino hacia la conquista del poder.

Vale la pena luchar por la revolución

Charla con Jacinto Roldán en Quilmes-Berazategui-Varela

Desde temprano, la cálida mañana del sábado 12, se fue tiñendo de rojo en un patio muy amplio, cerca del centro de Berazategui. Compañeras y compañeros apuraban los preparativos para que todo estuviera listo. Poco a poco el lugar se fueron llegando jóvenes, mayores, trabajadores ocupados, desocupados y jubilados, mujeres, niños… hasta que más de 150 compañeros desbordaron el lugar.

Desde temprano, la cálida mañana del sábado 12, se fue tiñendo de rojo en un patio muy amplio, cerca del centro de Berazategui. Compañeras y compañeros apuraban los preparativos para que todo estuviera listo. Poco a poco el lugar se fueron llegando jóvenes, mayores, trabajadores ocupados, desocupados y jubilados, mujeres, niños… hasta que más de 150 compañeros desbordaron el lugar.
En el fondo del predio, se iba encendiendo el fuego para unos riquísimos choripanes que saboreamos después, sobre el mediodía. Una gran bandera del PCR de Quilmes Berazategui Varela enmarcaba la actividad: la charla bajo el título “Vale la pena luchar por la revolución”, con Jacinto Roldán, miembro del Comité Central del PCR.
El camarada Mariano hizo la presentación, refiriéndose a los últimos hechos que viene protagonizando el Partido y recordando que por delante tenemos la movilización del 18 de noviembre, y el Picnic del hoy y la Chispa, el 4 de diciembre.
Jacinto trató varios temas en su intervención. El crecimiento del hambre, la pobreza, la droga, con este “gobierno de ricos para ricos, para el que sobramos 20 millones de habitantes”…razón por la que los de abajo tenemos que juntarnos para debatir cómo damos vuelta esta situación. La necesidad de conquistar el poder, porque las clases dominantes “no nos van a dejar otra”. 
Sobre la situación internacional dio una primera opinión sobre el triunfo de Trump y otros puntos. Resumió manifestando que se agudiza la disputa interimperialista y se acumulan los factores de guerra, recordando que el Papa declaró que ya había comenzado la Tercera Guerra Mundial por etapas.
 
Las luchas populares y el papel del PCR
Luego habló sobre los principales avances del Partido durante este período. Porque “cuando las cosas salen mal debatimos mucho sobre eso, pero cuando salen bien, se dice “obvio”, y no es “obvio”. Es importante analizar los errores; y cuando tenemos aciertos de línea, también hay que decirlo”.
La marcha desde Liniers a Plaza de Mayo el 7 de agosto, protagonizada por decenas de miles levantando la consigna Tierra Techo y Trabajo, organizada por la CCC, Barrios de Pie y CTEP, puso de relieve a nivel nacional la necesidad de la Ley de Emergencia Social y plantó a las organizaciones convocantes como referentes insoslayables de la situación política actual. “Resulta que ahora existimos… Los comunistas revolucionarios ya existíamos pero no se hablaba de nosotros… algunos dicen que pasamos a jugar en la cancha grande… puede ser, pero todavía somos un equipo chico”. De ahí la importancia de nuestro trabajo con el hoy, para llegar a todos aquellos que no soportan más la injusticia y quieren dar vuelta esta situación, tenemos que ofrecerles nuestro Partido.
Destacó particularmente el éxito del 31° Encuentro Nacional de Mujeres (y la posterior movilización de mujeres en todos los rincones del país), que principalmente gracias al protagonismo de las mujeres y la línea del Partido, mantuvo su esencia frente a las grandes presiones para convertirlo en un encuentro de organizaciones y tendencializarlo. “Mao dijo que las mujeres son la mitad del cielo. Nosotros pensamos que en Argentina la mitad del cielo está de pie”.
Luego resaltó las jornadas del 3 y el 4 de noviembre porque en ellas los protagonistas fueron los más oprimidos, los más pobres entre los pobres, del interior profundo de nuestra Patria. La marcha fue importante en muchos aspectos. Uno de ellos –aseguró– es que contribuyó a unir el interior con la región metropolitana, un tema fundamental para un partido que quiere ser instrumento de las masas para que éstas hagan la revolución. Porque “la revolución, no la vamos a hacer nosotros, la van a hacer las masas, compañeros. Eso sí, sin el Partido, imposible, pero los héroes son las masas, como planteó Eugenio Gastiazoro en su artículo en el hoy del 2 de noviembre”. Por último Roldán valoró la realización del encuentro de movimientos populares en Roma con el Papa Francisco, en el que nuestro compañero Gumersindo, originario ava guaraní, campesino pobre sin tierra, comunista, quien recibió el apoyo y la adhesión de múltiples organizaciones respecto a la jornada del 4 de noviembre. En ese encuentro se discutió la necesidad de la reforma agraria.
 
Los logros de la Revolución China
El 9 de septiembre se cumplieron 40 años de la muerte de Mao Tse Tung. Centenares de miles se movilizaron en la ciudad y el campo en China recordando este hecho. Fue llamativo el silencio del gobierno chino. Claro, estos tipos no tienen nada que ver con Mao. Son parte de los que han convertido a China en una potencia imperialista, que disputa la hegemonía a nivel mundial.
“¿Cómo era China hace un siglo? Cientos de millones de habitantes, la mayoría campesinos hambrientos, con una estructura y una cultura impregnadas de feudalismo y un grado de atraso que para muchos implicaba que era imposible hacer la revolución en ese país. Mao, en el congreso que fundó el Partido Comunista de China, en 1921 (una veintena de delegados que representaban a 100 afiliados en un país de 400 millones de habitantes) planteó ‘el marxismo salvará a China’. Mao dijo eso en 1921, era un entusiasta”. Es decir, la confianza en la ciencia de la revolución y en que las masas podrían abrazar ese instrumento. El largo recorrido del partido para fundirse con esas masas, las distintas etapas de la guerra popular revolucionaria, cómo los comunistas encontraron el camino para ganarse el corazón de millones y así derrotar enemigos poderosos como los imperialismos y los terratenientes.
Mao siempre resaltó el papel del fusil y del trabajo cultural, para poder unir al pueblo en su camino hacia la conquista del poder. “Uno piensa ¿Qué sería de mí sin el Partido? También están los que piensan ¿Qué sería del Partido sin mí? Pero para un comunista, como dije antes, los héroes son las masas. Y esas masas hambrientas, analfabetas, con el Partido como instrumento, tomaron el poder. Mao dijo el día que entraron en Pekín ‘el pueblo chino se ha puesto de pie’. Mao concebía que la conquista del poder era el comienzo para la clase obrera y los campesinos.
“Para toda China –un país con 9 millones de kilómetros cuadrados de superficie– había sólo 71.000 camas de hospital, para 500 millones de habitantes. ¿Cómo resolver el alimento para todos? Todo, desde la siembra hasta la cosecha, se hacía con las manos. El único fertilizante que tenían era el estiércol humano y animal. ¿Cómo hicieron? En China fueron expropiadas y repartidas 43 millones de hectáreas. Hacían asambleas en las que los campesinos decidían cómo repartir la tierra, en partes iguales. A los terratenientes que habían apoyado la guerra nacional contra Japón, también les ofrecían un pedazo igual de tierra, lo mismo con los campesinos ricos”.
“Es verdad que esa Revolución –y otras– fueron luego derrotadas. Pero fue una lucha gigantesca, en la que se resolvieron las necesidades de las masas y se demostró que es posible que el proletariado y el campesinado tomen el poder, dominen y desarrollen la ciencia, la técnica, el arte”. 
“Como dijo Mao, la lógica del proletariado es luchar, ser derrotados, luchar, volver a ser derrotados, volver a luchar hasta obtener la victoria. Mientras que la lógica del imperialismo es armar disturbios, fracasar, armar nuevamente disturbios y volver a fracasar hasta su derrota final. Por eso los comunistas ofrecemos nuestro Partido, porque estamos convencidos de que vale la pena luchar por la revolución”.