Al igual que en todo el país, la necesidad de viviendas en Tucumán es desesperante. En la localidad de Colombres un grupo de vecinos decidió salir a la lucha y ocupó un terreno que había pertenecido al ferrocarril y quedó como tierra fiscal, ubicado justo en frente del Ingenio Cruz Alta.
Al igual que en todo el país, la necesidad de viviendas en Tucumán es desesperante. En la localidad de Colombres un grupo de vecinos decidió salir a la lucha y ocupó un terreno que había pertenecido al ferrocarril y quedó como tierra fiscal, ubicado justo en frente del Ingenio Cruz Alta.
El dueño del ingenio, Rocchia Ferro uno de los empresarios más poderosos de Tucumán, quería quedarse con ese terreno (tiene 100 metros por 20), y con la actitud de patrón de estancia que caracteriza a los oligarcas azucareros, no dejó entrar a los trabajadores al ingenio diciendo que si no sacaban a los ocupantes los iba a dejar sin trabajo.
Los obreros, equivocadamente, presionados por alcahuetes de la empresa que se autoproclamaron dirigentes del sindicato, se ubicaron en el predio con la promesa de que se les iba a pagar el día si cumplían horario allí. Más allá de alguna fuerte discusión entre los ocupantes y algunos obreros atemorizados por la amenaza de la pérdida del trabajo, no hubo enfrentamientos, y los intentos de entrar tractores con el personal de seguridad de la empresa fueron enfrentados con valentía por los vecinos que se instalaron con sus familias. Los planes de la empresa de enfrentar pobres contra pobres no funcionaron. El comisionado comunal intentó presionar a la gente amenazando con cortar el trabajo y las ayudas sociales a los que permanecieran en el terreno, algunos de ellos se retiraron ante la amenaza pero llegaron nuevas familias a ocupar esos lugares y se reafirmó la lucha.
Ante la firmeza de la toma, y sin muchos instrumentos legales (el terreno no era de él), el sábado al mediodía llegó Rocchia Ferro en persona y les propuso a los ocupantes firmar un acta entre la empresa, la comuna y ellos, en donde se compromete a donar tres hectáreas para un loteo para viviendas (mucho más que el terreno ocupado) teniendo prioridad las 23 familias de la ocupación, la comuna se comprometió a gestionar planes de viviendas y abrir las calles poner la luz y el agua al nuevo barrio y los vecinos levantar la toma.
La asamblea donde se decidió por unanimidad aceptar y firmar el acta fue en medio de aplausos y alegría por lo conseguido. Es un gran avance logrado en base a la decisión, la lucha y la unidad de los vecinos.
Esta unidad y decisión serán la clave para que el compromiso se cumpla y para que toda la comunidad haga valer sus derechos sobre el resto de los lotes del nuevo terreno. Los ocupantes eran 23 familias y habría 120 lotes.
