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09 de agosto de 2017

La situación de Venezuela se sigue agravando. Ya llegan a 126 los muertos desde que comenzaran las manifestaciones opositoras. El comité de DDHH de las Naciones Unidas denunció torturas y malos tratos a los presos. 

Venezuela: Rechazar toda intervención imperialista

Grave situación política, económica y social

 

 
El papa Francisco firmó personalmente una carta dirigida “a todos los actores políticos, y en particular al Gobierno” de Venezuela, pidiendo: “que se asegure el pleno respeto de los derechos humanos y de las libertades fundamentales, como también de la vigente Constitución”, y “Que se eviten o se suspendan las iniciativas en curso como la nueva Constituyente que, más que favorecer la reconciliación y la paz, fomentan un clima de tensión y enfrentamiento e hipotecan el futuro”. Destaca Francisco en su carta que hay que tener en cuenta “el grave sufrimiento del pueblo a causa de las dificultades para obtener alimentos y medicamentos, y por la falta de seguridad”. Este pedido del Papa fue desoído y la Asamblea Constituyente fue instalada. 
Una parte de la oposición a Maduro es abiertamente proyanqui, y no sólo utiliza el descontento, sino que llegan a reclamar abiertamente la intervención norteamericana. Critican al papa por su “demora” y “blandura” con el régimen de Maduro.
Esta Asamblea fue elegida falseando el número real de participantes en la votación, entre los que hubo no sólo partidarios del gobierno actual sino también empleados públicos que podrían perder su trabajo. Pero lo más importante es que anula la Constitución diseñada por Chávez, que es un ejemplo de medidas democráticas, como el establecimiento de plebiscitos revocatorios de los mandatos del poder ejecutivo. Deja el gobierno en manos de las autoridades de la Asamblea Constituyente por tiempo que ya ha sido fijado por un mínimo de dos años, o sea más allá del mandato presidencial de Maduro. Esto solo puede ser calificado como un golpe institucional, o un autogolpe, sostenido básicamente por las Fuerzas Armadas, con Diosdado Cabello a su cabeza y un sector minoritario de la población que apoya al gobierno
La situación social y económica se sigue deteriorando. Hay hiperinflación, gran escasez de alimentos y medicamentos. La Guardia Nacional debe custodiar las largas colas que se forman cuando se puede comprar algún alimento para evitar saqueos. Como hemos dicho anteriormente, la profundización de la crisis económica de Venezuela está vinculada principalmente a la caída internacional del precio del petróleo, que durante el gobierno de Chávez alcanzó a 147 dólares el barril en el 2008 y ahora oscila entre los 48 y los 50 dólares. Chávez tomó diversas medidas para que la renta petrolera fuera distribuida a favor de los sectores populares, pero Venezuela siguió viviendo de sus inmensas reservas de petróleo. Los alimentos se importan en su mayoría y la inseguridad ciudadana se ha convertido en un grave problema. Mantuvo una línea antiyanqui. Chávez no hizo una reforma agraria integral, y llamó como asesor a Grobocopatel, impulsor de los pools sojeros, rechazando el posible asesoramiento de la Federación Agraria Argentina. También hizo acuerdos de sociedades mixtas con potencias como China y Rusia. Se desarrolló un nuevo sector de burguesía.
Desde abril se han intensificado las marchas opositoras en Venezuela. También marchas de apoyo a Maduro. El detonante de las protestas fueron las sentencias del Tribunal Supremo de Justicia a fines de marzo, anulando al Parlamento, y asumiendo sus funciones. También anuló la inmunidad de los diputados. Esta decisión del TSJ fue cuestionada desde dentro mismo del gobierno, y se dio marcha atrás, en dos de las tres resoluciones. La que no fue derogada es, no casualmente, la que se refiere a la Ley Orgánica de Hidrocarburos. El TSJ resolvió que “no existe impedimento alguno” para que el Ejecutivo constituya empresas mixtas, es decir, la posibilidad de otorgar a Rusia y China concesiones para la explotación del petróleo venezolano. Este fue un paso más en la profundización de los acuerdos con China y Rusia. 
En abril del 2017 se realizaron nuevos acuerdos con China, en los sectores militar y económico, según anuncios de la TV venezolana. El gobierno chino decidió invertir 20.000 millones de dólares en Venezuela y donó 45 ómnibus para las FFAA. Según Maduro, el ministro de Defensa viajó a China para” traerse la tecnología y las armas más modernas del mundo”, estos equipos “dotarán a los combatientes de las fuerzas de acción especial, grupos especiales y tropas de acción rápida para el combate contra el enemigo”.
Previamente, el gobierno había rechazado el llamado a un referéndum revocatorio, y había postergado el llamado a elecciones de gobernadores, que debían realizarse en el 2016. Además, en  y emergencia económica que podría suspender garantías constitucionales. 
 
Rechazar toda intervención extranjera 
Además de pronunciamientos de diversos gobiernos y de la decisión de echar a Venezuela del Mercosur, Trump pronunció amenazas contra Venezuela y decidió el embargo de bienes personales radicados en EEUU de funcionarios del gobierno venezolano. Ya Obama había declarado dos veces que Venezuela es una amenaza para EEUU. Atrás de lo evidentemente absurdo de la acusación, había una abierta amenaza intervencionista.
La empresa estatal venezolana de petróleo, a través de su filial norteamericana, había donado nada menos que 500.000 dólares para la ceremonia de asunción de Trump. Esta información oficial del gobierno norteamericano fue publicada, junto a la lista de todas las empresas donantes, en abril del 2017 ¿Sería coincidencia con la posición de Putin sobre Trump? Ahora Trump amenaza con sanciones económicas. EEUU es el principal destino del petróleo venezolano y por el que recibe más rápidamente divisas. Si bien Venezuela puede conseguir otros compradores, no dejaría de ser un golpe que afectaría al pueblo venezolano en su conjunto. 
Rechazamos y condenamos cualquier intervención extranjera en Venezuela. Repudiamos las acciones del gobierno de Macri de intervención en los asuntos internos de Venezuela.