El domingo 13 en la mañana –previo a la final del Mundial de Fútbol– vendimos la rifa del pollo y la gaseosa en el barrio que rodea la fábrica y fue un éxito en aportes. Allí tenemos un trabajo sostenido del PTP.
El domingo 13 en la mañana –previo a la final del Mundial de Fútbol– vendimos la rifa del pollo y la gaseosa en el barrio que rodea la fábrica y fue un éxito en aportes. Allí tenemos un trabajo sostenido del PTP.
Encontramos trabajadores de la construcción, un cocinero, de algunas Pymes despedidos en las dos últimas semanas. También mucha bronca como en la dueña de un kiosco, jefa de una familia de tres adolescentes que dijo: “desde diciembre que no pago CUIT y por primera vez no puedo comprar zapatillas a las tres, ni en cuotas”. Hay enojo con CFK por la inflación y por la falta de trabajo. Incertidumbre en algunos: ¿Qué hay que hacer con la deuda? ¿Qué pasa si no pagamos?
Los compañeros más convencidos vendieron mucho, a los compañeros que dudan si es posible dar vuelta la situación, les costó más vender. Una mujer al comprar nos dijo: “Por fin un partido que piensa como yo”. Había algunos kirchneristas y en general decían que no querían comprar y se negaban a discutir.
Desplegamos nuestra bandera PCR-PTP y a las 12.30 hs en una esquina prefijada realizamos el sorteo con algunos vecinos presentes entre ellos el ganador, un vendedor de ajos del barrio que nos dijo al comprar el número: “¿me vas a contar a mí de la situación? Yo soy carpintero, tengo la carpintería en casa. No se mueve nada. Mi señora y yo salimos a vender y así sobrevivimos”.
Al finalizar el sorteo una señora dijo: “yo dudé, si sabía que el sorteo era de verdad compraba otra”. Comprobamos otra vez que se puede realizar una colecta de masas.
