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19 de abril de 2020

CABA: Una persecución fascista a los mayores de 70 años

Viejo es el viento y sigue soplando

El gobierno macrista de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires decretó, el viernes 17 de abril, un confinamiento estricto para los mayores de 70 años. En un primer momento esta medida venía acompañada de elevadas multas y hasta sanciones como “trabajo comunitario” para las y los que no cumplieran. Tal fue la indignación y el revuelo, que Rodríguez Larreta tuvo que poner en funcionamiento una versión más “edulcorada.

El evidente desprecio del macrismo para las y los adultos mayores no sorprende. Los dirigentes de Juntos por el Cambio, que venían modositos conocedores de la aprobación popular a las medidas del gobierno nacional pese a su insuficiencia, mostraron la hilacha. Son los mismos que aplaudieron a la exdirectora del FMI, Christine Lagarde, autora de la memorable frase: «los ancianos viven demasiado y es un riesgo para la economía mundial. Tenemos que hacer algo y ya».

Está claro que esta medida para los mayores de 70 en CABA es para nuestros mayores de los sectores medios y populares, aquellos que cobran la mínima o un poco más, y que están claramente debajo de la línea de pobreza, ya que con sus haberes jubilatorios apenas llegan a cubrir, en el mejor de los casos, un 40% de la canasta básica.

¿Alguien se imagina a Larreta o alguno de sus ministros obligando a Alejandro Pedro Bulgheroni, a Gregorio Pérez Companc o a Jorge M. Pérez (Related Group) a llamar al 147 pidiendo autorización para salir de su casa? Nombramos a estos tres porque son parte de las cinco mayores fortunas de la Argentina, todos mayores de 70 años.

Que ésta no es una medida sanitaria como sería el testeo preventivo de esos posibles portadores del virus de mayor riesgo sino una de control social discriminatoria, lo muestra la decisión de que su manejo en la calle estará a cargo del personal de Seguridad a través de celulares con el DNI del adulto, único documento requerido.

Que no es una medida sanitaria sino de discriminación fascista, lo muestra también el problema de que agravará la salud de todos los mayores que provocaría el encierro total.

Es una brutal ofensa esta medida del gobierno porteño, que trata a los mayores de 70 como “pobres viejitos” que necesitan una tutela. Los viejos y jóvenes revolucionarios tenemos otros ejemplos, comenzando por nuestro querido secretario general Otto Vargas fallecido en febrero de 2019, quien a los 87 años caracterizó con justeza a la nueva izquierda que crecía en la Argentina, y que siempre citaba el conocido refrán “Viejo es el viento y sigue soplando”.

 

De la Redacción del Hoy

Hoy N° 1811 22/04/2020