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02 de octubre de 2010

El movimiento de desocupados, junto a campesinos y originarios del Chaco comenzó una vigilia para avanzar en la lucha por tierra, techo y trabajo.

Vigilia por techo, tierra y trabajo

Chaco: la CCC y vecinos frente al instituto de Vivienda

Charo Alcire, coordinadora provincial de la CCC, nos cuenta que la vigilia cumplió una primer etapa, entre el 13 y el 16, y el lunes 19, al cierre de esta edición, comenzaba la segunda etapa. “Hemos conseguido el 70% de los puntos del petitorio”, dice Alcire, “y vamos por el otro 30%”. “Las 1.123 viviendas que consiguió la CCC son parte de un cupo de 4.500 solicitadas por el Instituto de Vivienda de la provincia a la Nación. Nuestros reclamos, a partir de ahora estarán dirigidos centralmente al gobierno nacional, que es quien tiene que destinar las partidas presupuestarias”.
Cuenta la coordinadora de la CCC que largaron la vigilia con 200 compañeros de la Corriente “mezclados con los vecinos de los diferentes barrios que están sumados a la lucha, la mayoría  mujeres”, y que ha sido un gran trabajo organizativo garantizar la comida, la seguridad, etc. para los 160 compañeros que, promedio, están en la vigilia. “Algunos intendentes pusieron colectivos y otros pusieron carne y verduras para las ollas”.
También nos refiere la importancia del Segundo Seminario de Vivienda Popular “Tierra, Techo y Trabajo” que organizaron los estudiantes de Arquitectura, para dar “un panorama general con respecto a la situación provincial en lo habitacional”.
En esta lucha, que lleva ya un año y medio, se consiguieron tierras tanto para la zonas urbanas como rurales. De las 1.123 “la mayoría es para los originarios: 500 para Pampa del Indio, 100 para Fontana; 210 Programas Mejor Vivir (refacciones) para Fontana, 48 para Gral. San Martín, y 90 para Castelli”. Para los compañeros del Gran Resistencia, “se consiguieron 92 viviendas para el Lote 202, 50 para el Asentamiento Don Bosco, 16 para el Barrio Los Teros y 15 para el asentamiento V. Prosperidad”.

Hablan los protagonistas
Patricia, delegada del Bº Lote 202, cuenta que “la lucha comenzó cuando un grupo de familias ocupó terrenos porque no tenían un lugar donde estar. Después se sumaron más vecinos espontáneamente, clavaron los palos, los plásticos y decidieron quedarse. Ese era el Nuevo Asentamiento de Villa Prosperidad. Sufrieron continuos desalojos con la policía, estaban desesperados por encontrar una solución para que no los saquen del asentamiento. Consiguieron la dirección de la sede de la CCC, que les propuso hacer un copeo en el asentamiento y desde ahí la policía no molestó más”. Cuenta Patricia que se sumó el Lote 202, y “y ya logramos que todos los del barrio estén inscriptos para la vivienda… Esperamos que ya empiecen con las viviendas del asentamiento que se habían comprometido hace rato. La gente del Lote está muy agradecida con la CCC porque lo que se consiguió se logró con la lucha. No es mucho, pero tampoco es poco”.
Gladis, Ana María y Mónica, delegadas de la CCC–Juan José Castelli, nos cuentan que en esta localidad “la lucha empezó con la toma de terrenos del ferrocarril”. En estos años de lucha “conseguimos 60 terrenos de los cuales se entregaron 40”. Además “se consiguió 50 terrenos con la condición de que sean para la construcción de viviendas. En total hay un compromiso de 90 viviendas”.
Todo sobre la base de continuas vigilias y cortes de calles, asambleas en la plaza, delegaciones viajando a Resistencia… “Los originarios, criollos y gringos están con muchas necesidades, porque para el hambre no hay diferencia de raza, porque sufren los más pobres”. Y remarcan las compañeras que esto es un logro muy importante, ya que Castelli va creciendo “porque los grandes terratenientes les siguen sacando sus tierras, y crecen las familias y no les dan terrenos”.
Por su parte, Ramona, coordinadora de la CCC aborigen-Cacique Pelayo, Fontana relata que “Nosotros empezamos como Autoconvocados y CCC. Con la experiencia del movimiento, vimos la necesidad de luchar unidos junto a los que estaban igual que nosotros, el barrio completo”.
Describe un panorama similar al de otras localidades “Es imposible vivir en las viviendas AIPO que se hicieron hace mucho; los hijos crecieron y no hay lugar. A esto se suma la gente que vino del campo despojada de sus tierras”. “Empezamos hace más de un año, tenemos un compromiso de 150 viviendas de las cuales 100 reúnen los requisitos que pide el Instituto; y los otros 50 veremos. Además 210 Mejor Vivir, que son las refacciones”.

“Gracias a la lucha se ven las mejoras”

Jorge es dirigente de los originarios de la CCC Aborígen- San Martín, y afirma que “trabajo poco y nada hay”, y que es muy importante reclamar por tierras y viviendas ahora porque “les quedan pocos días de gobierno, porque no sabemos este gobierno nuevo que va a venir, si va a ser mejor o peor, pero a lo largo de los días vamos a conocer… Por el valor de los compañeros que han mostrado su firmeza vamos a tener una vivienda digna para nuestros hijos. Porque este gobierno nunca dio viviendas para los aborígenes, sólo para los punteros políticos”.
 La delegada de la CCC-Bº Don Bosco, Blanca, cuenta que “la lucha comenzó hace 1 año y 8 meses. Todos los pasos los hicimos nosotros, los compañeros de los barrios y de Pampa del Indio, Gral. San Martín y Castelli… Todo conseguimos con movilizaciones, donde se sabe la hora de entrada y la de salida no. En mi barrio hay 106 familias, 106 viviendas, todas de chapa de cartón. La mayoría son ranchos que si pasa un viento fuerte y llueve vuelan los techos, ahora llovió con piedras y se agujereó todo. Son gente muy humilde, muy carenciada, se mantienen de un comedor de las monjas y un copeo que organizamos nosotros. Con estas 50 viviendas va a cambiar mucho la forma de vida en el barrio. Hoy los chicos viven en el barro, adentro y afuera hay barro. Se va a solucionar por lo menos el 50% de las viviendas; si hay que empujar por el otro 50% más lo vamos a hacer. La gente está contentísima, porque nadie los va a poder echar de ahí”.
En el Barrio Los Teros, Silvia y María delegadas de la CCC, cuentan que nadie tenía título, porque los terrenos eran usurpados. “Tuvimos que hacer movilizaciones y participamos de las sesiones de la Cámara de Diputados donde se aprobó la ley… Se consiguieron 31 viviendas, que las consiguió el movimiento y las construyó a través de 13 cooperativas. Fue muy complicado, porque nunca habíamos trabajado con cooperativas… Gracias a esta lucha se ven muchas mejoras en el barrio, está más lindo, pero todavía falta más. Por eso estamos con más fuerza, porque seguimos viendo la necesidad que tienen muchos compañeros de tener su vivienda.
Y terminamos hablando con Mariela, del Barrio Nueva Esperanza de Fontana, donde ya consiguieron 12 viviendas: “Hoy estamos en la vigilia apoyando la lucha de los otros barrios, porque sabemos lo que es no tener viviendas, sabemos lo que se sufre estar en una casa de barro. Esto se logró con la lucha y el esfuerzo, porque si era por otro…”