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31 de octubre de 2017

Con el título de “En un mundo de muros y grietas, la Psicología Social interpelada” se realizarán las VII Jornadas de Homenaje al Dr. Enrique Pichon-Riviere y V Jornadas Latinoamericanas de Psicología Social, del 2 al 5 de noviembre en CABA. El acto central de las Jornadas se realizará el viernes 3 de noviembre, 19 hs. en el Auditorio de la Fac. de Ciencias Sociales UBA, Santiago del Estero 1029 (CABA). 

VII Jornadas de Psicología Social

Entrevista a Ana P. de Quiroga

Entrevista a Ana P. de Quiroga, directora de la Primera Escuela de Psicología Social, en el programa radial En Calle Viva,  en FM Sur 88.3, del viernes 27 de octubre.  

 

-Se cumplen 50 años de la Escuela de Psicología Social Enrique Pichon-Rivière y lo van a celebrar?

Entrevista a Ana P. de Quiroga, directora de la Primera Escuela de Psicología Social, en el programa radial En Calle Viva,  en FM Sur 88.3, del viernes 27 de octubre.  

 

-Se cumplen 50 años de la Escuela de Psicología Social Enrique Pichon-Rivière y lo van a celebrar?

-Vamos a celebrar los 50 años de la Escuela, que nació en 1967. Es toda una cifra para nosotros asombrosa, tanto en la posibilidad de sostenerse y de desarrollarse, por eso vamos a convocar a unas Jornadas. Por un lado nuestras jornadas de la Escuela de Psicología Social pero también implican los 50 años de la Psicología Social Pichoniana en la Argentina, concretada en forma de escuelas que hoy en día hay bastantes más, hay Maestría en la universidad, etc. Entonces varias instituciones nos convocamos para organizar esta celebración.

 

-Para los que no conocemos, qué es la teoría pichoniana?

-Se llama Psicología Social porque tiene una concepción de nuestra vida emocional, de nuestra vida psíquica, del sujeto como ser esencialmente social, es decir que no se puede pensar nada en el ser humano que esté aislado, que esté fuera de contacto con un orden social. Es decir que somos sujetos en un contexto concreto de relaciones sociales, eso queremos decir con Psicología Social. No se puede pensar en una persona sin sus vínculos, sin su familia, sin su vida cotidiana, sin la tecnología con la que trabaja, sin sus escenarios, sus paisajes, la cultura, todo esto quiere decir Psicología Social desde el punto de vista de Pichon.

 

-El título de estas Jornadas, que está muy bueno, “En un mundo de muros y grietas, la Psicología Social interpelada”, cómo lo interpreto en relación a lo que venías diciendo de un sujeto social, temporal, con vínculos?

-La forma de llamar a estas jornadas tiene que ver con que hemos tratado en cada una de las jornadas de tomar, justamente, por lo que decía recién a partir de la importancia que tiene el orden social, no es que el orden social sea determinante absolutamente de cada uno de nosotros, es decir, nosotros también somos hacedores o sostenedores del orden social.

En todas nuestras jornadas hemos ido tratando de entender, porque esto es algo que se ha ido agudizando más en los últimos años o haciéndose más visible, la muy fuerte presión que tienen las relaciones sociales en las que vivimos, en nuestras formas de vincularnos, de comunicarnos, de vernos a nosotros mismos, en nuestro ser del día a día. Por ejemplo, el tema del conflicto social que lo venimos trabajando desde hace décadas, ese conflicto social se ha ido agudizando,  y si bien siempre  ha habido grietas y muros entre los seres humanos, es decir,  la idea de la grieta es la idea del abismo, de la ruptura, y la de los muros es lo de lo infranqueable  supuestamente.  Parece que las controversias, los conflictos se han agudizado de una manera muy contundente, muy rígida. Y entonces cada vez que alguien que trabaja en salud mental como nosotros, encaramos una situación de asistencia, de prevención de lo que sea, es decir,  si tenemos que ir a una escuela,  a un barrio, tenemos que trabajar con un grupo, esos niveles de antagonismo, de intolerancia, de dificultad en la comunicación, el aparentemente estar siempre conectado pero en realidad no siempre comunicado, todas esas cuestiones se manifiestan en cada hecho mínimo de la vida cotidiana.

 

-Entonces, vos dirías que en lo de la comunicación, en la cuestión de los vínculos actuales, es donde se visibiliza más lo de grietas y muros?

-Por ahora lo que podemos pensar es que se visibiliza más, pero también pensamos que hay ciertas ideas que han penetrado mucho en la sociedad, ciertas modalidades de entender, por ejemplo, el nivel de individualismo no siempre ha sido semejante en la historia, incluso quienes tenemos unos cuantos años, tenemos experiencias de momentos en que hubo mayor cercanía o mayor posibilidad de aceptar los grupos, no tanta intolerancia a lo diferente. Por ejemplo, si uno ve hoy la reaparición de ciertas actitudes, no solo en la Argentina que aparecen con los inmigrantes de los países vecinos, cómo se ve esa intolerancia hoy día en Europa en relación a los migrantes o si queremos llevarla al máximo los fanatismos, el peor es el del Estado Islámico; uno puede decir fanatismos siempre hubo, pero en este momento hay como un endurecimiento de ese tipo de actitudes. Esto es un gran desafío para el trabajo de salud mental porque hace sufrir mucho a las personas y hay que ver por qué mecanismos ocurren estas cuestiones.

 

-¿Por qué ahora se expresa más el individualismo que en otros años?

-Bueno, no es a otros años, es a otras décadas, porque el individualismo está muy ligado en este momento histórico a las formas capitalistas de producción, donde se plantea un sálvese quien pueda. En la medida que hay, por ejemplo, reorganizaciones de la producción que dejan a montones de personas afuera o se dice que sobran millones de seres humanos sobre la tierra… La idea de esto es lo mío, yo lo conservo y lo que le pasa al otro no me concierne, esto no es una ley de la vida psíquica, de la vida emocional y relacional de los seres humanos, esto es una concepción que se va incorporando a través de una multiplicidad de mensajes, como lo mío es mío y lo tuyo, bueno, arréglatela, no me importa. Y hay muchos momentos, por ejemplo, en la Argentina siempre se dice algo que es cierto, que es que cuando pasa algún tipo de catástrofe, la reacción que tiene la gente es habitualmente muy solidaria. Pero a la vez en el minuto a minuto, no tanto en otras formas de vida, pero por ejemplo en las grandes ciudades hay una sensación de hostilidad hacia el otro, pero que también tiene que ver con muchas otras causas de frustración. Entonces hay una inducción a meterse dentro de sí mismo, un retraerse dentro del propio mundo y no compartir. Un ejemplo, cuando vamos a un bar, cuántas veces hasta nosotros lo hacemos, dos personas que estarían mirándose una a la otra porque están sentadas juntas en una mesa, en vez de mirarse  las caras está cada una leyendo su celular, esa forma de relación es nueva y no depende de la tecnología porque del uso de los objetos somos nosotros quienes podemos decidir, entonces qué pasa en esa relación que es más interesante que estar revisando cualquier material, ni siquiera hablando con otra persona, revisando cualquier otra cosa y no encontrándose cuerpo a cuerpo, cara a cara con el otro.