En el taller de prevención de la violencia de género en instituciones y organizaciones se planteó que el primer problema que tenemos es que muchas veces las denuncias son contra nuestros compañeros de trabajo, y en esa dirección también está “el miedo a perder el laburo, a que te despidan”. Según relatan, “por lo general son casos de acoso y violencia psicológica, rara vez en nuestro caso se ha llegado a la violencia física”.
Una mujer contó que en su empleo se juntaron ocho mujeres para hacer frente al acoso de los hombres: “lo importante era darnos a conocer y que estábamos dispuestas a tomar el tema”. Según relató “lo primero que hicimos fue colocar carteles en las puertas de los baños”. Varias se iban comunicando por teléfono, contando lo que venían sufriendo. “Cuando empezamos a unirnos y solidarizarnos entre nosotras, aparecieron las pintadas de los hombres, queriendo atemorizarnos; ahí nosotras les clausuramos baños. Tomamos medidas creativas, no nos dejamos estar”.
Si bien se plantea que alrededor del tema necesitamos profesionales que aborden este tipo de abusos, no basta que seamos grupos que nos interesamos en el tema, y para eso hace falta presupuesto. En tanto que una trabajadora de un hospital público contó que empezaron a organizarse alrededor de esta problemática porque un médico ginecólogo hacía comentarios misóginos y a favor de la dictadura. “Nos juntamos y formamos una comisión de género, y tenía representantes de todos desde la limpieza hasta los médicos. Empezamos con dos jornadas en salud de género y mujeres trabajadoras. Queremos seguir avanzando, tener protocolos y las comisiones de género en todos los hospitales del país”.
También, otra mujer de un organismo público contó que los abordajes son individuales porque son diferentes los casos. “Se da más acoso y violencia psicológica que física”. En su caso, comenzaron “con notas de advertencia antes de hacer la denuncia legal. Luego avisamos que la persona afectada no irá a trabajar hasta que se elimine el factor que la está enfermando por el acoso. La idea es que no compartan el mismo espacio laboral”.
Respecto de los espacios donde hay trabajadora social se planteó que debe ser parte de un grupo de profesionales de los hospitales públicos, por ejemplo: “si el paciente va a atenderse y no hay trabajadora social, el profesional que lo atienda tiene que hacer la denuncia”. En los hospitales, “no es solo el protocolo es todo un sistema que no está preparado, muchas veces el trabajo hay que hacerlo con el propio paciente hasta que haga la denuncia”. El tema es qué hacemos en el mientras tanto se formen los comités o comisiones o se hacen los cursos en prevención de violencia. La lucha es más grande cuando las compañeras no quieren denunciar. “Hay que hacer redes de apoyo, contención y asesoramiento para que se sepa todo lo que pueden hacer, comisiones de género, protocolos”.
Si bien todo está centrado en socorrer a las víctimas, se planteó en pasar a poner el centro en las medidas contra los victimarios.
Hoy N° 1787 16/10/2019