Todos pudimos ver por televisión las crudas imágenes del violento desalojo en San Expedito, un asentamiento en la zona norte de la capital de Salta.
Estas imágenes mostraban escenas a las que los argentinos ya estamos acostumbrados, desalojos masivos donde las fuerzas represivas desatan toda su violencia.
Los medios muestran como parte de su espectáculo diario el llanto de mujeres, hombres y niños aterrorizados ante la furia policial, que es la furia de los dueños de este Estado, que en la provincia dirige Romero y a nivel nacional Kirchner.
Fue el 27, cuando desde horas muy tempranas fuimos testigos de la salvaje represión y del intento de desalojo a los que fueron sometidos los habitantes de este asentamiento. Es importante destacar que la Policía provincial con un operativo con más de 600 efectivos (Infantería, Caballería, Gopar -Grupo de Operaciones policiales de alto riesgo- Caninos y Viales) no pudo desalojarlos. Detuvieron a 45 vecinos, 5 de ellos son de la Corriente Clasista Combativa. La resistencia es ejemplar.
Bronca, dolor y resistencia
Luis Arraya, uno de los vecinos, charló con nosotros y sus palabras transmiten el dolor y la bronca de todos: “Muchos están asustados, no podemos dormir porque tenemos miedo de que vengan a reprimirnos de nuevo, la policía está aquí en el lugar y por las noches toman alcohol. Una de las 25 mujeres embarazadas perdió a su bebé de 5 meses, estamos doloridos de los golpes que recibimos. Una compañera se quería cortar el cuello con el cuchillo con el que cocina, otra familia estaba dispuesta a hacer explotar la garrafa con todos ellos adentro de la casa.
Yo tenía tanta bronca que intenté incendiarme, me rocié con gasoil, no tengo donde vivir, todo es muy caro no puedo comprar nada. Yo lo quería hacer por los demás, por todos y por mí, para que vean los del gobierno que si estoy dispuesto a prenderme fuego es porque lo mío y lo de mis compañeros es en serio. Estamos dispuestos a dar la vida por nuestro terreno, por nuestra casa. Si vuelven juro que lo voy a hacer. Tenemos un merendero para que los chicos puedan tomar algo y al merendero no lo toca nadie, de aquí no nos vamos si no es con una solución”.
En San Expedito habitaban 160 familias, en su mayoría matrimonios jóvenes, que buscaban un terreno para ir construyendo su futuro. Actualmente 10 familias están resistiendo en el lugar y el sábado a la noche realizaron una asamblea a la que asistieron 80 familias. El juez dio 21 días para resolver la situación.