Desde la Comisión Organizadora vienen trabajando para recibirnos y desde cada rincón del país nos venimos organizando para poder llegar. Nos preparamos para poder ser protagonistas y llevar adelante una vez más este evento único en el mundo.
Conversamos con Myriam y Olga, compañeras de la Sala de Salud del Barrio María Elena de la Matanza, quienes nos cuentan como vienen trabajando para poder llegar a Jujuy.
-¿Cómo se preparan para llegar al Encuentro en el medio de una situación tan difícil?
Myriam: Con muchas dificultades, pero principalmente con muchas ganas. Tratando de sortear las dificultades que nos pone la situación económica. Para nosotras el Encuentro es un compromiso de todos los años, por una misma y por todas las mujeres que queremos que lo conozcan. Es nuestro espacio, lo queremos defender y perpetuar, para eso estamos haciendo muchas actividades; venta de pan, pastelitos, bingos y ferias americanas.
Vivimos una realidad muy triste en la Sala con todas las medidas que se han tomado desde el gobierno para desmantelar la salud. Este año nos afecta particularmente porque además de la falta de profesionales también, nos falta la medicación para atender la salud de los vecinos. Nosotros tenemos un lema en la Sala “Salud integral para todos” y en eso entra la salud física, la mental y el poder comer, por eso me detengo en la barbaridad que hizo el gobierno de dejar vencer los alimentos o entregar a cualquiera menos a los comedores que estaban funcionado. Hay violencia en mujeres cada vez más jóvenes, golpes, abusos, violaciones y femicidios, todo eso se reúne en la Sala y hace a la salud integral por la que luchamos. Ante el discurso de dividir o salvarse quien pueda, nosotros seguimos luchando por la unidad del barrio porque es necesaria. En ese marco trabajamos la invitación al Encuentro, porque es un cambio en la vida de cada mujer, en una sociedad machista. Queremos dar a conocer lo nuestro y conocer otras experiencias para fortalecernos.
Olga: Desde el año pasado que vengo con muchas expectativas, el año pasado fue muy difícil por el tema económico y este año más. La plata no alcanza, pero nos propusimos no bajar los brazos, seguir en la lucha por llegar. Así como conocí yo el Encuentro quiero que otras mujeres lo conozcan, vamos conversando y convenciendo.
En la Sala trabajo mucho con los jóvenes y la tercera edad, sobre los mayores lo que escucho que dicen de este gobierno es que están en desacuerdo y la desilusión, no esperan nada. No saben qué va a pasar con ellos, se nos lleva al límite de no saber. El lunes pasado me puse a hablar con una señora que estaba suspirando, yo la veía triste y me dijo: “tengo tanta tristeza, locura y desesperación porque no sé si mañana voy a tener para comer, no tengo para mis medicamentos, no sé dónde vamos a llegar”. Este gobierno a mí me hizo replantear muchas cosas, porque escucho de todo y quiero dar una mano. Yo pasé muchas cosas, trabajo desde los 13 años y tengo 70, pasé la dictadura, el gobierno de Alfonsín, un montón de cosas, pero nunca en mi vida hice cuentas para ver si llego a fin de mes. Ahora saco cuentas de cuanto puedo gastar para comer, eso estoy haciendo en estos últimos meses. Pienso que podemos hacer y en definitiva la conclusión es que nos tenemos que unir, si no logramos eso nos vamos a quedar “trancadas” y tenemos que dar pasos, unirnos las mujeres.
-¿Qué significa el Encuentro en la vida de ustedes?
Myriam: para mí el Encuentro es liberación y empoderamiento. Se me juntan todas las emociones, puedo ser yo misma cosa que no ocurre todo el año, porque hacemos tantas cosas que ni nos acordamos de nosotras mismas. Esos días que nos encontramos con las mujeres de toda la Argentina siento que puedo hacer lo que tengo ganas, es lo más esperado del año más que el cumpleaños, la navidad, más que cualquier cosa.
Olga: el Encuentro es una experiencia de vida, en mi primer encuentro yo estaba pasando por un momento difícil con mi hija que estaba con problemas de adicciones. Todas las noches salía a ver que estaba haciendo, una noche de mucho frío la fui a buscar y la vi muy mal y me la llevé porque iba a terminar muerta. Hoy ella está bien, es psicóloga. Todo esto yo lo tenía guardado, nadie lo sabía. Me invitan al Encuentro, fui como sapo de otro pozo, no creía en nada. Fui a un taller de maltrato familiar, escuchaba y de repente me vi contando todo lo que había vivido, todas llorábamos, me llené de amigas. Por eso yo no voy a bajar los brazos, mi lucha es para que todas puedan ir y sientan lo que yo sentí. Que vayan las mujeres de la Sala, donde todos los días aparecen casos de niños abusados, violencia, eso tiene que estar, es en el Encuentro donde aprendimos a conocer nuestros derechos, a defenderlos.
hoy N° 2019 24/07/2024