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03 de octubre de 2010

Las luchas salariales y de los estudiantes, la indignación popular por la carestía y la falta de energía, golpean duro a K. Como en Tierra del Fuego, el 24 en la Capital Federal votá en blanco, nulo o no votes.

Votá con bronca

Hora política

1 – El mazazo fueguino
Kirchner recibió un mazazo en las elecciones fueguinas del domingo pasado.
Acosado por las derrotas de sus candidatos en todas las elecciones posteriores a Misiones: la de Neuquén, la de Río Negro (con el alcahuete de Cristina K, Picheto) y la de Capital Federal; el presidente pactó con Cóccaro (actual gobernador de Tierra del Fuego) una alianza en la que puso como vice a Susana Bertone (que había acusado a Cóccaro de “mandar a matar gente”), y también negoció y le dio el apoyo al intendente de Ushuaia, Garramuño, uno de cuyos secretarios fue filmado contando los billetes de una coima de miles de pesos.
El sistema mostró a fondo su podredumbre en Tierra del Fuego, con negociados, videos, “accidentes”, cortes de Internet (para tapar la mugre), el aparato clientelista y el manipuleo de los cómputos. Toda esa podredumbre fue encarnada por los dos candidatos apoyados por K. La respuesta popular fue un castigo abrumador.
El voto bronca fue la primera fuerza, pese a las maniobras fraudulentas en los cómputos (una hora antes del cierre hicieron “votar” al 20% del padrón). Fue la forma principal para castigar al kirchnerismo. El PCR hizo campaña por esta posición; también otros sectores de izquierda y del peronismo. Otra parte del pueblo castigó a los dos candidatos K votando a Fabiana Ríos (del ARI), una mujer que ha apoyado las luchas sociales y democráticas.
El resultado electoral sorprendió y asustó a las clases dominantes locales, ante la proximidad de la segunda vuelta el domingo próximo.

Romper la trampa porteña
El domingo próximo se realiza, también, la segunda vuelta en la Capital Federal. Macri trata de fabricarse una nueva imagen: una “derecha sensible”. Para eso tiene que ocultar su historia, y la del equipo dirigente de PRO, escudándose atrás de la candidata a vice.
Cuando las empresas de la familia Macri hacían gigantescos negocios con la dictadura, Mauricio Macri fue dirigente de varias de ellas. Siguió siéndolo cuando su familia puso funcionarios en la administración menemista, al igual que otros monopolios, que se distribuían las obras públicas en negociados escandalosos.
El kirchnerismo se ha lanzado a pedir el voto a Filmus “por la educación pública”. Usa a jóvenes que no conocieron “los 90”, cuando Filmus fue designado director de Educación de la Capital Federal por el intendente menemista Grosso, a pedido de Miguel Angel Toma, principal autor intelectual de los indultos menemistas a los genocidas del proceso. Después Filmus se integró al gabinete de Menem como asesor de la ministra de Educación Susana Decibe, siendo uno de los autores de la Ley Federal de Educación que destruyó la escuela pública. Trepó a asesor del jefe de Gabinete menemista Jorge Rodríguez. Después pasó al gobierno de Ruckauf en Buenos Aires, integrando el ministerio de Educación.
Macri y Filmus son más de lo mismo que ha gobernado a la Capital Federal. Por eso el voto en blanco ha comenzado a tener que aparecer en las encuestas y los medios de comunicación del sistema.
El PCR y otras fuerzas de la izquierda hicieron pública su posición de voto en blanco, nulo o no voto, en una reunión en el Hotel Bauen. Este acuerdo político por el voto bronca, es un paso importante para unir en el voto lo que está unido en la lucha.


2 – El “General Invierno”
Como les ocurrió a Napoleón y a Hitler cuando intentaron conquistar a Rusia, Kirchner se ha topado con el “general invierno”.
El “general invierno” destapó la crisis energética. Ya con el final frío del otoño quedó demostrado que la energía funciona como una frazada corta. Para mantener el gas domiciliario el gobierno tiene que cortárselo a las estaciones de servicio de GNC y a los grandes consumidores de la industria; y las usinas térmicas tienen que pasar a funcionar a gasoil. Pero el gasoil tampoco alcanza para abastecer la producción agraria (en tiempos de cosecha y de siembra), a las usinas y al transporte.
El gobierno tuvo tiempo y plata para resolver el cuello de botella energético. Pero los desaprovechó. Creyó que podía mantener, con unos pocos retoques, la línea privatizadora menemista, cuando esa línea había demostrado su fracaso y muchos alertábamos que iba camino a la crisis.
El estallido de la crisis energética actual no es sólo por lo que viene de atrás. Kirchner es responsable por haber continuado esa política. Él (además de otros intereses) es un hombre de las petroleras, que se llevan del país gigantescas ganancias y no invierten ni en producción ni en exploración. No fue Menem sino Kirchner el que les regaló la plataforma submarina, el que las premió con el no pago de impuestos con la llamada “ley corta”, y junto con el superentreguista gobernador K de Chubut, prolongó hasta el 2047 la entrega del principal yacimiento de petróleo del país a su íntimo amigo, Bulgheroni, que gerencia Pan American (60% de la inglesa British y 40% de la rusa Bridas).
La construcción de gasoductos y usinas, como se ve en el “caso Skanska” se ha ido trabando por la puja entre el gobierno y las constructoras por las tajadas de los enormes sobreprecios y coimas. Lo que se haga ahora ya llega tarde, irá para el año 2010 o más adelante. Pero antes, el “general invierno” pisará fuerte ahora. Y los dos años próximos, 2008 y 2009, pisará más fuerte, porque todo lo que crezca la economía provocará más demanda energética, sin tiempo para aumentar la oferta.
Además, Kirchner está embarcado en un negocio, propio y de sus amigos y socios banqueros, de comprar una parte de Repsol-YPF. Con el petróleo a más de 70 dólares el barril, seguramente se frotan las manos Kirchner y sus amigos, pero no se resolverá la crisis energética de éste y los próximos años (ver pág. 12).
El pueblo padece y padecerá más la falta de energía. Kirchner hará su gran show electoralista presentando como “nacionalización” de YPF su reprivatización a manos suyas y de sus amigos, pagando con avales y fondos del Estado (subsidios, rebaja de impuestos, etc.), e hipotecando las reservas de petróleo y gas.
Subestiman mucho al pueblo argentino y al “general invierno”. La rebeldía ya estalla en las calles exigiendo al gobierno resolver la crisis energética.


3 – La rebeldía en las calles
Kirchner se ilusionó con un crecimiento prolongado sin crisis económica aplicando su “receta”: dólar alto, salarios bajos y aprovechar los buenos precios del mercado internacional. Pero esa “receta” provocó un crecimiento de la inflación que se ha desbocado.
En respuesta, fueron creciendo oleadas de luchas salariales, con huelgas, paros, ocupaciones de fábrica y cortes de ruta: docentes, estatales, FATE, Maffisa y Terrabusi, telefónicos, subtes, hospitales Francés y Garrahan, etc. Lo que se une a las luchas de los docentes y estudiantes universitarios, los pueblos originarios y productores agrarios, etc.
También se ilusionó Kirchner con un largo romance político en el que las expectativas en su gobierno se convertirían en una gran fuerza política “transversal” de “centroizquierda”, con una oposición “confiable” de “centroderecha”. El resultado ha sido una fuerza K, con “borocotizados” que son la misma lacra que creyeron haber comprado Menem, De la Rúa y Duhalde, hasta que, debilitados, los abandonaron por “el nuevo borocotizador exitoso”. Ahora Kirchner está lejos de “enamorar” a las masas, que fueron calando la mentira kirchnerista, lo que se va evidenciando en el reguero de derrotas electorales de los candidatos oficialistas, como el mazazo del domingo pasado en Tierra del Fuego.
Ahora, además, lo ha sorprendido la furia del “general invierno”. Los cortes de energía han provocado un estado generalizado de rebeldía incontrolable: agudiza los conflictos en las fábricas que tratan de descargar los días sin energía no pagando los jornales o con suspensiones (en las que solo pagan el básico), agravó el conflicto con los productores agrarios que no pueden trabajar por la falta de combustible, volcó a las calles a la masa estudiantil secundaria, provocó la revuelta de los taxistas y más sectores del transporte, etc.

La lucha y el voto
El deterioro de Kirchner es grande, y crece.
Fracciones de las clases dominantes que antes negociaban con Kirchner, ahora trabajan para aprovechar su desgaste y preparan su “revancha” para “los inviernos” de los próximos dos años. La opción entre el kirchnerismo y sus rivales dentro del sistema es falsa. En la Capital Federal, la trampa electoral del 24 de junio está armada, y no se rompe votando a alguno de los dos candidatos del sistema.
Las fuerzas populares tienen su verdadera opción en profundizar la lucha salarial, la de los desocupados y mayores, unidas al conjunto de las reivindicaciones del estudiantado, los originarios y campesinos, a la lucha democrática y a los reclamos patrióticos.
Y unir la lucha obrera y popular y el voto castigo para romper las trampas electorales.
Lo que rompe las trampas electorales, como mostró el mazazo de Tierra del Fuego, es un masivo voto castigo que demuestre el repudio de las grandes masas populares. Que muestre el avance de la unidad de las fuerzas obreras y populares, patrióticas y democráticas que están en la lucha. Que revele que los gobiernos que surjan de esas trampas son expresión de minorías. Que les quite legitimidad, que los desgaste, abonando el terreno para que la lucha popular lo derrote. Acumulando fuerzas, como se ve hoy en los acuerdos multisectoriales, para crear las condiciones para imponer un gobierno popular, de unidad patriótica y democrática, por el camino que trazó el Argentinazo.
Ese es el gran desafío.