1. La juventud y el Papa en Brasil
La visita del Papa Francisco a Brasil, con gigantescas movilizaciones, sobre todo de jóvenes, sacudió a Latinoamérica toda la semana.
1. La juventud y el Papa en Brasil
La visita del Papa Francisco a Brasil, con gigantescas movilizaciones, sobre todo de jóvenes, sacudió a Latinoamérica toda la semana.
El Brasil que lo recibió, venía conmovido con protestas masivas de los jóvenes que enfrentaron en las calles la política del gobierno de Dilma Roussef, de ajuste y represión al pueblo, y de despilfarro y corrupción en los preparativos del próximo mundial de fútbol. Protestas callejeras combativas que llevaron al primer paro del movimiento obrero en 22 años.
En ese Brasil caliente, la Iglesia Católica ha retrocedido, y mucho, por el compromiso de su jerarquía con el poder, del que es parte. El nuevo Papa centró su discurso en la crítica del aislamiento de la Iglesia respecto al pueblo, difundió la doctrina social del Documento de Aparecida, y convocó, en su discurso a los jóvenes argentinos, a “hacer lío en sus diócesis” para remover las estructuras responsables de ese divorcio. Marcó, al mismo tiempo, los límites ideológicos de esos cambios: ni el liberalismo de mercado ni el marxismo, ni el escepticismo ni la violencia.
El lenguaje llano y abierto de Francisco y sus menciones a los problemas del mundo actual, sobre los que reclaman los jóvenes, abrieron expectativas en amplias masas juveniles. Esos problemas económicos, sociales, políticos, culturales, de género, sexuales, etc., por los que las masas juveniles vienen irrumpiendo en América, África, Europa y Asia, reclaman cambios no solo de concepciones feudales y patriarcales, sino también de las estructuras de clase y del Estado en que se sustentan. Estructuras que no se removerán con el pacifismo “gandhista” (como pregonan Lanata y Carrió en sus síntesis algo estiradas de los discursos del Papa), sino con la lucha de clases hasta acabar con toda forma de opresión del hombre por el hombre: no se puede hacer tortilla sin romper los huevos.
2. Chevron tiene “coronita”
Este mes la inflación trepa un escalón: rondó el 3%. Remarcaron muchos de los productos de la canasta familiar que el gobierno “congeló”, y después descongeló. Además, con las “cuotas” de los salarios pactados en las paritarias, cada vez más trabajadores entran en el terreno del robo del impuesto a las ganancias, y la pérdida del salario familiar, que es otro robo.
Un dato importante: la Chevronno paga el impuesto a las ganancias. Viene a saquear nuestro petróleo, envenenar las aguas y contaminar la región, y el gobierno K sí le va a cobrar a los trabajadores de la Chevron que no tienen “ganancias” sino salarios: ¡Así es la distribución de la riqueza kirchnerista!
El acuerdo con YPF es un secreto de Estado. El directorio de YPF aprobó ese acuerdo sin conocerlo: el presidente de la petrolera les mostró un “power point”; y hubo uno solo, digno, el economista Eduardo Basualdo, que renunció. El gobernador de la provincia de Neuquén, que es la dueña del yacimiento, firmó un acuerdo con YPF, dándole libertad para el acuerdo con la Chevron sin saber lo que dice el contrato YPF-Chevron.
De lo que trascendió del contrato, se sabe que si hay discrepancias entre las dos empresas, se va a ¡la justicia francesa! Y que el gobierno le garantizó a Chevron, que podrá sacar libremente sus dólares del país… Para los pibes que querían viajar a Brasil a verlo al papa hay “cepo cambiario”, para la Chevron no.
Galuccio, el hombre que Cristina K puso para garantizar “la soberanía energética” y cuyo sueldo también es un secreto, lo que ha hecho es subcontratar a sus viejos patrones de la empresa yanqui Slumberger los trabajos tecnológicos, entregarle un pedazo de Vaca muerta” a Chevron, y negocia otros pedazos con monopolios chinos, europeos y rusos.
3. Trabajos sucios
La presidenta les dijo a los jefes originarios con los que se reunió a la llegada a Buenos Aires del “malón de la paz”: “donde hay petróleo, ¡córranse!” Encima del yacimiento de Vaca Muerta hay comunidades mapuches, y la política de Cristina-Galuccio es ¡Córranse! El ejemplo de Chevron en Ecuador es inapelable: saquearon, contaminaron y envenenaron aguas y tierras por 500.000 hectáreas.
Otro qom más ha sido asesinado. ¿Cómo van a aplicar el “córranse”? ¿Como lo aplican en Formosa y el Chaco, con represión, asesinatos y “accidentes” fraguados? Para eso hace falta quién haga los trabajos sucios.
4. El “caso Milani”
Para trabajos sucios está Milani. No le importaron a Cristina K las denuncias de los movimientos democráticos de La Rioja y Tucumán. Tampoco los que hicieron el Serpaj, Madres Fundadoras y Liberpueblo. Solo cuando esas denuncias rompieron el frente interno, y el gobierno ya no tenía asegurados los votos, postergó el ascenso de Milani para después de las elecciones; pero mantuvo su designación de jefe del Estado Mayor del Ejército.
¿Por qué la presidenta se expuso a esa derrota política? Porque quiere encumbrar a Milani como jefe de las tres Fuerzas Armadas.
Ya es público que Milani es un procesista implicado en secuestros, desapariciones, torturas; y ahora con los gobiernos K hizo espionaje interno (prohibido por la Constitución y tres leyes) con el grupo al que llamaban KGB (así se llamaba el equivalente ruso de la CIA yanqui en épocas de socialimperialista Breznev). Milani acumuló una fortuna que no se explica por su sueldo. ¿Por qué se emperra Cristina K en encumbrarlo al frente de las Fuerzas Armadas? La presidenta sostiene a Milani, porque es una ficha clave para los trabajos sucios de un período en el que están en juego: el ajuste después de las elecciones, y el tramo final de la disputa por la continuidad del kirchnerismo en el gobierno.
Un ejemplo: ¿quién será la custodia y hará el traslado de las urnas en las elecciones? Las Fuerzas Armadas. ¿Y quién es su jefe? Milani…
5. El paro y las elecciones
En medio de la campaña electoral, se siguen dando pasos para la unidad en la lucha con un nuevo paro nacional. El clima de malhumor y bronca que crecen por abajo presiona para que nuevas organizaciones sindicales se sumen a la negociación por ese paro, que marcharía para después de las PASO. Por otra parte, está en marcha un nuevo cacerolazo, el 8 de agosto.
Cristina K hace lo imposible para que remonte su candidato en Buenos Aires, Insaurralde: viajó a Brasil para lograr la foto del intendente con el Papa Francisco (da vergüenza ajena).
Cada monopolio multimedios publicita a los candidatos “amigos”: Insaurralde, Filmus, etc., el multimedios K; y el holding Clarín, Moneta y otros: Carrió, Prat Gay, Massa, De Narváez, Alfonsín, etc.
Los frentes populares que integran el PTP y el PCR hacen campaña a fuerza de militancia, avanzando hacia el tramo final de las reaccionarias y proscriptivas PASO. Esa militancia con la que se van dando pasos, también, en la campaña de afiliación al PTP, y el fortalecimiento del PCR.
Es importante que este tramo de la campaña electoral vaya unido al trabajo de preparación del paro nacional, peleando desde las asambleas y cuerpos de delegados el pronunciamiento de los trabajadores y el pueblo. Esto ayudará a imponer en la agenda política a los reclamos obreros, campesinos y populares, nacionales y democráticos. Ayudará, también, a la acumulación de fuerzas para enfrentar el ajuste que se prepara, con el acuerdo de todo el bloque dominante, para después de las elecciones. Conscientes de que, para dar vuelta la tortilla y hacer que la inflación y la crisis no la siga pagando el pueblo, hay que profundizar el camino del Argentinazo hasta conquistar un gobierno popular, patriótico, democrático y antiimperialista, hegemonizado por la clase obrera.