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28 de junio de 2011

El PTP y el PCR que integran el Movimiento Proyecto Sur, en las elecciones de octubre

Votamos los candidatos presidenciales del frente Proyecto Sur

Hoy 1375 / La hora política

1. El dedo de Cristina K

1. El dedo de Cristina K

Cristina Kirchner inscribió finalmente su candidatura. Anunció, en su lanzamiento, que sería “un puente con las nuevas generaciones”. El hombre que eligió como “modelo” de la nueva generación, acompañándola como vicepresidente, es Amado Boudou. Su mérito, destacado por la presidenta al anunciarlo, es haberle indicado que los fondos de los jubilados en el ANSES eran una enorme “caja” que podía financiar la campaña electoral y ocultar hasta octubre el déficit de las cuentas del Estado. Después viene el ajuste.

Boudou se formó en la rama estudiantil de la Unión del Centro Democrático, el partido de Alsogaray, uno de los jerarcas del golpe de Estado que destituyó a Perón en 1955. En esos años la dirigía la hija de Alsogaray, María Julia, ministra de Menem y procesada por su enriquecimiento ilícito en esos años. Después, cursó estudios superiores de postgrado en el CEMA, el centro de economistas “neoliberales” que dirigía Roque Fernández, también ministro de Menem. Y entre los “méritos” de Boudou se cuenta haber dirigido una empresa y llevarla a la quiebra. Entre los amigos que invita a su peña está Cristian Favale, uno de los integrantes de la patota que asesinó a Mariano Ferreyra.

La “nueva política”, anunciada por la presidenta al asumir su mandato, está a la vista. Cristina K, asesorada por el jefe de la SIDE, Icazuriaga, Zanini, y el “Chueco” Mazón, ex operador de Menem y Duhalde, desparramó a los jóvenes dirigentes de La Cámpora, trepadores ansiosos de poder y dinero, que jamás pisaron el barro, pero le aseguran al gobierno K el control de la provincia de Buenos aires y la disciplina de los bloques del Congreso con las listas de diputados y senadores impuestas a dedo.

El armado oficialista dejó un tendal de heridos: Scioli, Moyano, los intendentes y caudillos peronistas, los radicales y socialistas K, y la mayoría de las organizaciones sociales K. Habrá que ver las consecuencias. ¿Habrá “lealtad” o “pases de facturas” en las elecciones? ¿Cómo reaccionará ese aparato cuando comience a escasear “la caja” y llegue la hora del “ajuste”?

 

2. Ajuste y mano dura

Repsol-YPF, Barrick, Aluar, bancos como el Macro y Credicoop y el poderoso grupo K, entre otros, fogonean la reelección de la presidenta. Clarín, Techint y la mesa chica que la AEAestán atrás de la nueva Alianza, la dirección de la UCR y el duhaldismo. Son dos derechas, con distintos discursos y distintos beneficiarios, lo que muestra la división del bloque dominante.

El llamado “impuesto inflacionario” con el que el gobierno descarga sobre el pueblo los desajustes de su política, fue limitado por los aumentos conquistados por la lucha obrera en las paritarias. Ahora todos los de arriba quieren “ajustar” las cuentas, descargando el ajuste sobre el pueblo. El gobierno comenzó a hacerlo recortando subsidios y autorizando aumentos en los combustibles y la energía, pero el “ajuste grande” viene después de las elecciones. Y todos los de arriba tienen claro, como afirmó a TN el ex jefe del gabinete de Néstor Kirchner, Alberto Fernández, que a partir del 2012, “con semejante crisis mundial la Argentina se va a ver afectada”. Esto es lo que explica que Cristina K prefiera la “lealtad” y la “disciplina” de los ahijados ideológicos de Alsogaray, como Boudou; y que la nueva Alianza lleve como vicepresidente a González Fraga que trabajó con Lavagna, con Duhalde y con Kirchner.

La nueva Alianza de Alfonsín y González Fraga es parte de una operación política más amplia, con fuerzas en paralelo, como la que encabezan Duhalde y Das Neves, para restarle votos a Cristina K en la primera vuelta, y sumarle votos a la Alianza en la segunda.

El ajuste viene con mano dura, como se acaba de ver con la represión del gobierno a los docentes santacruceños y los que marchaban solidariamente con ellos. En esto también coinciden las dos derechas. Por eso el kirchnerismo despliega a la Gendarmería y la Prefectura en la Capital Federal y Buenos Aires, y anunció que sacará a los militares de los cuarteles para reemplazar las fuerzas de frontera (gendarmes y prefectos). Macri y Filmus coinciden en “sacar a los piquetes de las calles”. La utilización abierta de las fuerzas de frontera y militares en la represión es un camino sin retorno. Al que se agrega el cambio de las reglas de juego con la acción de grupos parapoliciales (“patotas”) como los que han operado en la represión y los asesinatos de Mariano Ferreyra, Roberto y Mario López (La Primavera), los tres asesinados en el Indoamericano y, de confirmarse los elementos que van surgiendo en la investigación, en la muerte de Mártires López.

 

3. La tercera fuerza es posible

Desde el PTP y el PCR, en el Movimiento Proyecto Sur, junto a partidos nacionales, provinciales y locales, realizamos todos los esfuerzos posibles para la unidad pública, programática y equitativa de las fuerzas populares, patrióticas, democráticas y antiimperialistas. Se llegó a esbozar la posibilidad de una poderosa tercera fuerza, que no estaba en los planes de los monopolios y terratenientes del bloque dominante. Una fuerza heterogénea, con organizaciones revolucionarias, otras reformistas o progresistas; con la participación de sectores obreros a través de la CTA y la CCC, y de organizaciones combativas del campesinado y el estudiantado, etc.

Esa unidad se fue construyendo, en gran medida, en el combate popular. Era una amenaza para los planes electorales del gobierno kirchnerista, y también para la nueva Alianza conformada por la dirección de la UCR y el duhaldismo. Y creaba nuevas condiciones para avanzar en centros de coordinación y multisectoriales para la lucha contra la política kirchnerista.

La confluencia de 9 partidos, dirigentes combativos obreros, campesinos, estudiantiles, de los movimientos de mujeres, juveniles, ambientalistas, democráticos y patrióticos, aun cuando fue durante un breve período, puso en evidencia que hay una enorme masa popular que se opone al gobierno K y rechaza a la nueva Alianza. Estas dos derechas intrigaron para impedir esa unidad —y pudieron aprovechar sectarismos, actitudes hegemónicas y de carrerismo político— que llevaron a la división de esa tercera fuerza.

 

4. Campañas con la ficha en la mano

Enfrentar las intrigas de las dos derechas, y corregir los errores que les han facilitado su accionar, sigue siendo una necesidad para retomar el camino de la unidad, objetivo por el cual seguiremos trabajando desde el PTP y el PCR. No solo para las elecciones, sino principalmente, para unir a las masas para enfrentar los planes de “ajuste y mano dura” que se preparan, y los previsibles cimbronazos de la crisis mundial.

En la nueva situación, ante el lanzamiento de la fórmula presidencial Alcira Argumedo – Jorge Cardelli, como integrantes del Movimiento Proyecto Sur con los acuerdos programáticos que tenemos, trabajaremos apoyándola en todo el país.

En Buenos Aires, llegamos a un acuerdo provincial público, programático y equitativo con el Frente Amplio Progresista. Trabajamos por la fórmula a la gobernación encabezada por Margarita Stolbizer, y las candidaturas provinciales de las que somos parte. A los efectos de esa unidad provincial no participamos de la lista de diputados nacionales. Hay municipios bonaerenses que a partir de su realidad política tienen frentes con Proyecto Sur que no son parte de la alianza provincial. El PTP y el PCR, cualquiera sean los frentes municipales que integra, vota la fórmula a la gobernación, y demás candidaturas provinciales acordadas, del Frente Amplio Progresista, y la presidencial del Movimiento Proyecto Sur.

Se constituyeron frentes, con la realidad política de cada lugar, en casi todas las provincias y la Capital Federal (ver pags. Centrales)

En esta situación compleja vamos a hacer campaña electoral con las fichas de afiliación al PTP en la mano. Junto a los frentes logrados, la campaña para la personería del PTP, nacionalmente y en cada provincia, sigue siendo una tarea decisiva para acumular fuerzas en nuestro camino revolucionario, para conquistar un gobierno de unidad popular, patriótico y democrático y la liberación nacional y social.