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07 de noviembre de 2012

Mucho se discute, entre los jóvenes y los no tan jóvenes. ¿Es justo que votemos a los 16? ¿Quieren instrumentarnos? ¿Es casual que lo lancen justo ahora cuando van por la re-reelección? ¿Pensaran los K que por repartir varios millones de notebooks los vamos a votar? ¿Los jóvenes nos metimos en la política gracias a Néstor y Cristina? Estos y otros temas se disparan a partir de la ley para que la edad inicial para votar sean los 16 años.

Votar a los 16

Hoy 1444 / Es justo que se amplíen los derechos políticos de la juventud

Primero lo primero. Pensamos que es positivo que los jóvenes de 16 podamos votar en las elecciones. Porque es justo que se amplíen los derechos políticos de la juventud y el derecho al voto es una conquista democrática del pueblo. Pero, además, porque si a los 16 años uno puede ingresar al mercado de trabajo (como indican las leyes laborales argentinas), es justo que a esa edad podamos votar a quienes votan esas leyes y a quienes deciden sobre los destinos económicos y políticos de nuestro país. Si podemos trabajar, podemos votar. Claro que eso no impide que digamos que el gobierno lo hace por oportunismo y no por convicción. Sabemos que lo hacen porque buscan desesperadamente la forma de lograr los diputados y senadores necesarios para reformar la constitución y poder ir por la re-re.
Parece que de tanto repetir el relato, comienzan a creerlo. Y, entonces, luego de decir que gracias a Néstor Kirchner los jóvenes dejamos de descreer en la política y nos volcamos a participar, los “cerebros K” piensan que esos jóvenes votaremos por Cristina Kirchner. Incluso algunos nos subestiman más y creen que porque el gobierno repartió millones de netbooks vamos a reventar la urnas de votos K.

 

El kirchnerismo subestima a la juventud
Cabe preguntarse, ¿la participación política juvenil se reduce a votar? Nosotros pensamos que no. E incluso pensamos que en el fondo, aunque quieran mostrarse como los interesados en los problemas juveniles y nuestra participación, el kirchnerismo subestima muchísimo a la juventud argentina.
Suena extraño que los dirigentes K pretendan ser los abanderados de la participación democrática y política, mientras en los colegios secundarios leyes sancionadas por gobernadores K no permiten organizar libremente a los Centros de Estudiantes secundarios. Podríamos discutir sobre la democracia sindical, o incluso, del reciente intento de fracturar la Federación Universitaria Argentina decidida en los más altos cargos del gobierno. En realidad lo que los K no pueden controlar lo tienen que romper.
Pero si la juventud le importancia de verdad al gobierno empezarían por atender nuestros principales problemas: la superexplotación y el trabajo en negro en las fábricas y en el campo, los graves problemas de deserción en la educación (sólo 31 de cada 100 chicos que empiezan la primaria terminan el secundario), la falta de acceso a la tierra para trabajar y para vivir, la trata de personas que golpea principalmente a las jóvenes, los más de 900.000 que no estudiamos ni trabajamos, el creciente consumo de drogas, etc. Pero para el gobierno por ahora sólo somos posibles votos.
De lo que no dudamos es que el kirchnerismo va por la juventud. Esa batalla política está y estará en curso en el próximo periodo. Mientras los millonarios que dirigen La Cámpora intentarán instrumentarnos para los planes K de seguir en el poder por cuatro años más profundizando este modelo de saqueo y dependencia nacional donde se hacen millonarios los amigos del gobierno; los comunistas revolucionarios seguiremos trabajando para que miles de pibes nos organicemos, practiquemos la democracia directa y salgamos a las calles a luchar por nuestras reivindicaciones, a luchar para no pagar la crisis, por otra Argentina, a luchar por nuestro futuro. Aceptamos el desafío.