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04 de octubre de 2017

A los costos del creciente endeudamiento, el gobierno de Macri, en una nueva “prueba de amor” a los usureros imperialistas, acaba de agregar el envío a Europa de 462 millones de dólares en lingotes de oro de las reservas del Banco Central.

Ya ni el oro se podrá salvar

Con la política de “enamorar” a los mercados

 
En una muestra más del cipayismo macrista, el Banco Central ha decidido trasladar once mil kilos de oro (hoy equivalentes a 462 millones de dólares) de sus reservas a… ¡Inglaterra! Dicen a Europa para encubrir, y que el destino final podría ser Suiza (Clarín, 24/9/2017), pero eso no cambia el carácter del hecho.

 
En una muestra más del cipayismo macrista, el Banco Central ha decidido trasladar once mil kilos de oro (hoy equivalentes a 462 millones de dólares) de sus reservas a… ¡Inglaterra! Dicen a Europa para encubrir, y que el destino final podría ser Suiza (Clarín, 24/9/2017), pero eso no cambia el carácter del hecho.
El argumento es que, con su traslado a Europa, se podrán realizar alquileres más rentables de ese oro (se ve que el macrismo es consecuente en que conviene más invertir afuera que en el país), hoy principalmente especulando con la moneda de China (en la década menemista, Néstor Kirchner apostó los fondos de Santa Cruz a los bonos de Rusia, y así le fue a la provincia tras la crisis de 1998).
Pero lo cierto es que con el oro en esos “centros” (sea en Inglaterra o en Suiza), los usureros imperialistas de afuera se aseguran prioridad y certeza –en relación a los “caranchos” que operan internamente en “la bicicleta” con el dólar y las tasas–, para el embargo de ese oro como bien de Argentina en el exterior, en caso se precipite la crisis en los pagos de su deuda. Nadie se atreve a decirlo así, aunque el vocero de Goldman Sachs lo insinúa al decir que “en un futuro las reservas en metal fuera del país podrían servirle al Gobierno como garantía exprés a cambio de un préstamo internacional” (Idem).