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02 de marzo de 2016

Se cumplen 40 años del golpe fascista de 1976. René Salamanca, líder de los mecánicos cordobeses y miembro de la Comisión Política del Partido Comunista Revolucionario, ya en diciembre de 1974 se dirigía a sus compañeros dando su posición antigolpista. Salamanca fue secuestrado por los genocidas el mismo 24 de marzo de 1976. Seguimos la lucha por juicio y castigo a todos los genocidas, por todos los compañeros.

“Yo estoy contra todo golpe de Estado, venga de donde venga”

Carta abierta de Salamanca

Me dirijo a los mecánicos de Córdoba, y a toda la clase obrera y el pueblo en general, por dos razones. Porque se me hacen ataques que además ofenden al glorioso proletariado mecánico cordobés, y porque el país vive momentos decisivos que exigen la reflexión profunda.

Me dirijo a los mecánicos de Córdoba, y a toda la clase obrera y el pueblo en general, por dos razones. Porque se me hacen ataques que además ofenden al glorioso proletariado mecánico cordobés, y porque el país vive momentos decisivos que exigen la reflexión profunda.
En el país se ha ido creando una situación golpista, como en 1955. Eso obliga a definirse con claridad a todo el mundo.
Y yo ya estoy definido: yo estoy contra todo golpe de Estado, venga de donde venga. Y para ser más preciso, afirmo que frente a ese golpe que hoy se cocina en la Argentina, yo llamo a los compañeros mecánicos y al pueblo a defender la voluntad popular, defender el gobierno de la señora Isabel de Perón, en el camino de la liberación definitiva del pueblo y de la patria. Como obrero y dirigente mecánico digo que estaré en esa trinchera, y que iré a la cabeza, como siempre estuve a la cabeza en el combate con mis compañeros.
Son dos los golpes de Estado que actualmente nos amenazan. Uno es el que empujan los sectores proyanquis, quienes, derrotados con la dictadura militar, no obstante reagrupan sus fuerzas, se emboscan y trabajan en el desgaste progresivo del gobierno. Pero el otro golpe, el más activo y peligroso en este momento, es el que empujan los amigos de la otra superpotencia imperialista, los amigos de la Unión Soviética. Estos se montan en los sentimientos antiyanquis y democráticos de sectores populares y de las FF.AA. para propagandizar y organizar un supuesto golpe “progresista”, al que también llaman “constitucionalista” o “peruanista”. Sin embargo nadie se engaña: detrás de esa alternativa están el Lanusse de Trelew, el Carcagno que reprimió el Cordobazo, el Gelbard del “Pacto Social” y de la superexplotación de los trabajadores; están muchos gorilas y oligarcas que hoy ven en la URSS un “socio” para sobrevivir a costa del pueblo.
Y en ningún sentido debemos hacernos ilusiones, porque cuando esos personajes salgan a la calle va a ser también para reprimir salvajemente, porque será también un golpe contra nosotros, y por eso abrirá un oscuro período histórico, como el que vivimos los obreros desde 1955. De esa sangre ya tenemos claros ejemplos: tanto el terrorismo de derecha de las “3 A”, como el de los grupos que se dicen “socialistas” y actúan al margen de las masas, sólo persigue debilitar al gobierno y atemorizar al pueblo, queriendo inmovilizarnos mediante el terror o el crimen.
Ambos golpes impulsan e instrumentan ese terrorismo, frente al que siempre nos pronunciamos en contra. Y ambos golpes aprovechan también las debilidades y errores del gobierno de la señora Presidente, errores producto de una política que no va a fondo contra los principales enemigos del pueblo y de la patria: los imperialistas yanquis y los terratenientes y grandes capitalistas a ellos asociados. Por eso vemos que el gobierno sigue adelante con la represión a través del Estado de Sitio, que golpea y desarma a las masas, y que sólo la clase obrera será capaz de ponerse al frente del pueblo para aplastar al golpe prosoviético o proyanqui.
En esa situación se intenta confundir sobre lo que es el Smata-Córdoba; se intenta desvirtuar que con nuestra conducción se implantó la democracia sindical, se saneó al gremio, se conquistaron muchísimas reivindicaciones, y se rompió –en nuestra última larga lucha– la congelación salarial, lucha tan justa que luego fue reconocida nacionalmente con el reajuste otorgado a todos los trabajadores del país. En el desarrollo de este último conflicto, dijimos una y mil veces que no peleábamos contra el gobierno de Isabel, pese a que hubieron sectores que quisieron instrumentar nuestra lucha en esa dirección. Ello consta en solicitadas de prensa y telegramas enviados a la Presidencia de la Nación. En todas las asambleas, y en muchas oportunidades, yo me pronuncié contra las dos superpotencias que se disputan el mundo y su política agresiva, expansionista e imperialista, Y también contra el terrorismo.
¿Por qué entonces dice Lacabanne que yo soy “cobertura” de la guerrilla, cuando la propia justicia federal ha sobreseído por falta de mérito a los compañeros directivos presos, que fueran acusados de lo mismo? ¿Qué clase de peronista es Lacabanne, que en vez de denunciar con nombre y apellido a los golpistas y sus cómplices en Córdoba me ataca a mí, que siempre sostuve claras posiciones antigolpistas? Esas actitudes, objetivamente, persiguen la confusión, favorecen el golpe y debilitan la trinchera obrera y popular para esta batalla que se avecina.
Y soy más claro: yo me pregunto, cuando haya que luchar contra el golpe concreto, ¿qué harán peronistas como Lacabanne, García Rey, José Rodríguez y Lorenzo Miguel? Entonces, muchas caretas van a caerse, pero también entonces -ténganlo por seguro-, esté donde esté, yo no voy a rehuir mi responsabilidad histórica. Ahora, tomando por testigos a todos los que me han conocido en el corazón de nuestras gloriosas movilizaciones, afirmo que ocuparé mi lugar junto a los obreros y el pueblo, contra cualquier imperialismo que quiera sacar partido de nuestra patria.
Entonces, ninguna confusión. Nosotros, desde mayo de 1969, somos la auténtica vanguardia del proletariado argentino, somos quienes hemos desarrollado las experiencias más a fondo. En nombre de ese pasado y ese sentimiento, en nombre del orgullo de los mecánicos, y de una voluntad antiimperialista inclaudicable, vamos a denunciar y derrotar a los golpistas, vamos -como en el Cordobazo- a seguir abriendo un verdadero camino hacia el futuro de la clase obrera y el pueblo, y su alternativa de liberación independiente, nacional y profunda. Así lo haremos, por el respeto a la voluntad popular contra todo golpe, por la nueva recuperación del gremio, por la libertad de nuestros queridos compañeros presos, por el levantamiento de las capturas, por el respeto de las libertades democráticas, por todas las reivindicaciones de los mecánicos y de los trabajadores en su conjunto.
Siempre dije, compañeros, que es preferible perder el gremio a resignar nuestras reivindicaciones. ¿Para qué sirve un gremio si no para obtener triunfos? Esto lo recuerdo porque en el futuro, sin duda, a nuestro Smata lo podemos perder muchas veces. Pero también estoy seguro que con la participación de todos lo vamos a recuperar tantas veces como lo perdamos, y vamos a triunfar sobre los enemigos de los trabajadores y de la patria, como lo señala nuestra tradición y nuestra realidad, nuestras convicciones y nuestra vida.
Con el espíritu y la fe de siempre, llamo a lucha para poder tener con nosotros en Año Nuevo a los compañeros presos, y hago votos para que 1975 nos depare grandes triunfos y conquistas. Un gran abrazo. 
René Salamanca