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03 de noviembre de 2010

Los países africanos se han convertido en un campo preferencial del saqueo por las compañías estatales y privadas chinas. El caso reciente de una mina de carbón en Zambia revela los métodos de los nuevos colonialistas.

Zambia: empresarios chinos balean a trabajadores

Hoy 1342 > De la China socialista de ayer a la China imperialista de hoy

Mineros que reclamaban mejores salarios y protestaban contra las malas condiciones de trabajo fueron baleados por los directivos de la mina de carbón china Collum en Zambia, país del centro-sur de África. El hecho sucedió el viernes 15 de octubre en la ciudad sureña de Sinazongwe.

Mineros que reclamaban mejores salarios y protestaban contra las malas condiciones de trabajo fueron baleados por los directivos de la mina de carbón china Collum en Zambia, país del centro-sur de África. El hecho sucedió el viernes 15 de octubre en la ciudad sureña de Sinazongwe.
Los gerentes chinos dispararon con escopetas, hiriendo a 12 trabajadores, 2 de ellos graves. Al enterarse del tiroteo y de que los directivos chinos se habían fugado, indignada la gente de la localidad salió a cazarlos y fue reprimida con gases por la policía. Residentes de pueblos vecinos como Nkandabwe y Sinazeze cortaron la ruta que conduce a la bocamina.
La empresa Collum es conocida en toda el área por las condiciones de explotación a que somete a sus trabajadores. Al parecer la protesta de los mineros venía gestándose desde hace tiempo. El dueño, Xu Jianxue, es una especie de aventurero que en los ’90 oficiaba de traductor para una empresa y después consiguió fondos para reactivar la Collum, que ahora regentea con hermanos y parientes.

Abofetean y balean
Los dirigentes de dos sindicatos mineros dijeron que era inaceptable que los inversores dispararan a los trabajadores que estaban exigiendo lo que por derecho les corresponde. “No podemos permitir que hagan lo que quieran porque han traído ‘dinero fácil’ a este país –declaró uno de ellos–. Ese dinero se puede conseguir en otra parte. Los responsables deben ser detenidos inmediatamente”. “Hemos tenido chinos que abofeteaban o golpeaban a los trabajadores de Zambia”, denunció el otro.
“Sabemos que traen desarrollo –dijo el alcalde de Sinazongwe–, pero no deben disparar y usar la violencia contra los trabajadores. Este es el comienzo de la guerra entre los lugareños y los chinos”.
Sata, dirigente de un partido opositor, se indignó por la demora en la investigación del hecho por el gobierno y la policía: “¿Los chinos están por encima de la ley?” –se preguntó–. “Si tuviéramos dirigentes esto no pasaría, porque no me imagino a ningún inversor extranjero en China que le dispare a un chino y se salga con la suya”. El político zambiano denunció que los directivos de la mina Collum podrían estar siendo protegidos por el gobierno, “ya que éste ha sido profundamente corrompido por los chinos para las elecciones de 2011 y para las elecciones actualmente en curso”.

 

Del socialismo a hoy
Las inversiones chinas en Zambia están en aumento: varias firmas chinas se hicieron con las minas de cobre en ese país de África, rico en minerales. En el continente africano en su conjunto ya hay radicadas unas 2.000 empresas chinas, incluidas las que compran tierras para exportar sus producciones agrícolas a China.
Li Anshan, director del Centro de Estudios Africanos de la Universidad de Beijing, afirma que la penetración china en África “no constituye un nuevo colonialismo”. Dice que las inversiones de empresas chinas (especialmente las estatales) en los países africanos tienen efectos positivos: aumentan los ingresos fiscales, aumenta el empleo…; es decir, los mismos argumentos utilizados tanto por los viejos co- lonialistas como por los modernos imperialistas para justificar el saqueo de los países receptores de sus inversiones. Lógicamente –dice sin pudor el académico ideólogo de los imperialistas de Beijing– “el gobierno chino, y especialmente las embajadas y consulados chinos en África, deben proteger los legítimos intereses de esas empresas…”.
Esto explica por qué los jefes de la Collum en Zambia pueden actuar con tanta impunidad.
¡Qué diferencia con los años ’70! Por entonces China ayudó desinteresadamente a construir los 1.860 kilómetros del ferrocarril que unió la capital de Zambia –Lusaka– con Dar es Salaam en Tanzania, dándole a Zambia salida al Océano Índico, con un enorme préstamo sin interés y decenas de miles de trabajadores chinos que luego volvieron a China sin dejar tras de sí monopolios para apropiarse de los recursos de esos países.
Pero claro: aquélla era todavía la China socialista, la China revolucionaria dirigida por los obreros y campesinos que encabezaba Mao Tsetung.