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02 de octubre de 2010

Hablamos con un compañero de la cooperativa Fasinpat (Fábrica sin patrones), donde hoy más de 400 trabajadores siguen dando batalla por mantener la dirección política y productiva de la ex Zanon.

Zanon pelea la expropiación

Hoy 1260 / La actualidad de la recuperada neuquina

Queríamos saber, en primer lugar, qué novedades hay en torno a la ley de expropiación que vienen peleando los trabajadores.
—Desde que asumió Sapag en noviembre del anteaño pasado se inició un proceso de negociación con el gobierno provincial, ya que anunció ni bien asumió que iban a comprar la fábrica, y que querían que se la paguemos nosotros a través de un crédito de 300 millones de pesos que ellos gestionarían. Eso lo rechazamos por totalmente inaceptable.
Tras todo un año de movilizaciones y reuniones con el gobierno se vio que el camino no era la compra sino que se expropie, por un lado es mucha menos plata para el gobierno y por otro se da un corte definitivo a los reclamos de acreedores, y salir del ámbito de la quiebra. Se empezó a trabajar un proyecto de ley en conjunto con el gobierno.
Después de varias idas y vueltas, y modificaciones, a fines de diciembre se consensuó un proyecto de siete puntos que contempla: que la fábrica se expropie, que sea entregada a la cooperativa, que sería la dueña total de la fábrica, y que debemos retribuirle al gobierno el monto de la expropiación en especie, en función de las posibilidades que tenga la fábrica.
Se aclaró que el no cumplir con ese punto no da marcha atrás con la ley. Nos da a nosotros seguir con la propiedad de la fábrica aunque no la podamos pagar.
Se planteó que el monto a pagar en la expropiación salga de la tasación fiscal de la fábrica. En febrero se trabajó con compañeros de la cooperativa y de la universidad para hacer una detallada tasación de las maquinarias, pero el Tribunal de Tasación de la provincia aún no define la tasación del inmueble, esto es lo que hoy está trabando que el ejecutivo provincial envíe el proyecto a la Legislatura. Nosotros sabemos que esto no puede ser una traba, porque en otras leyes de expropiación de otras provincias, salieron sin que figure esta tasación.
Estamos a fin de marzo y todavía están dando vueltas, pese a que tanto el gobernador como algunos de sus ministros han dicho públicamente en varias oportunidades su decisión de expropiar la fábrica. Está la expectativa de que cumplan con estos anuncios.

—¿Cómo es la situación en estos momentos desde el punto de vista de la producción?
—Hemos tenido una baja importante en las ventas desde mediados del año pasado. Nosotros vendemos a todas las provincias, y hemos notado una baja en todas ellas. Esto nos produjo un problema, primero financiero y hoy ya económico. Estamos en una situación muy complicada, estamos incrementando las deudas de la cooperativa. Hasta ahora hemos podido mantener el sueldo.

—Frente a esta realidad, ¿qué perspectiva plantean los compañeros de la cooperativa?
—Por un lado se viene reclamando al gobierno provincial que nos compre una parte de la producción para la obra pública, construcción de viviendas, escuelas, hospitales. Hasta ahora las negociaciones han sido puro chamuyo.
Se comprometieron primero a comprar 60 mil metros cuadrados, después hablaron de 100 mil, 200 mil, hasta de 250 mil, pero hasta ahora no compraron un solo metro cuadrado. Nos hicieron inscribir como proveedores del Estado, pero no compraron nada. Se plantea en la fábrica que el gobierno nos dé una mano comprándonos a nosotros, en vez de a otras empresas privadas.
Hay que tener en cuenta además que está viniendo una avalancha de productos de origen chino que nos están matando con los precios.

—¿Qué discusiones se generan?
—Hay un debate en particular con la conducción del sindicato de no contraponer la movilización con la producción. Hay espíritu de lucha en los compañeros. Hay decisión de salir a exigir respuestas, pero hay que entender la complejidad de tener que manejar la fábrica y producir, y se generan problemas cuando se plantea parar la fábrica muy seguido, para hacer movilizaciones. A mí me parece que lo que más cierra en la gente hoy es realizar las exigencias pero a la vez mantener los niveles de producción, porque hoy está comprometida al situación de la cooperativa.

—¿Cómo es el debate hoy con respecto a la rotación de las tareas dentro de la fábrica?
—Este es un debate permanente, que tiñe todas las discusiones y todo el proceso. Ha habido rotaciones de manera normal, donde el compañero se postula y es elegido para determinado puesto, y hay otras rotaciones que cuestan más, con algunos compañeros que hace más años que están en determinado puesto. Por ejemplo en el sector de ventas se han incorporado más compañeros, pero no se logra que los que estaban desde antes vuelvan a su puesto en la producción. Es un debate permanente de los que impulsamos la rotación para que predomine la transparencia y la claridad en la cooperativa.

—¿Qué es lo más importante en lo inmediato para los compañeros de Zanon?
—Lo más importante, primero es conseguir que se haga efectiva la ley de expropiación para que la fábrica sea de la cooperativa. Número dos, tratar de mantener el nivel de sueldo. Para eso hay que trabajar, producir, y como eso no alcanza, hay que luchar para que los gobiernos, tanto nacional, como provincial y municipales, nos compren cerámicos para incentivar la obra pública.
Otra cuestión es conseguir subsidios en la energía. Hoy pagamos cerca de 1 millón de pesos de luz y gas. Esto repercute en que el costo del cerámico sea muy elevado, y nos dificulta salir al mercado. El subsidio sería una ayuda concreta a la producción de la planta, y a que mantengamos nuestros niveles salariales.
Este gobierno subsidia a grandes empresas, y el contrasentido de esto es aún mayor en nuestra provincia, de donde sale el 60% del gas del país. Es un disparate que a nosotros nos venga el mes que viene 600 mil pesos de gas, con un incremento de más del 20%. También la electricidad nos vino con aumento. Así nosotros, una recuperada, pagamos más que muchas empresas que cuentan con los subsidios del gobierno, que reparte directamente la oficina de Planificación Federal de De Vido.
Por lo tanto, mientras nosotros no tenemos subsidios sí lo tienen otras empresas, y al tiempo se abren las fronteras a los productos de origen chino, a un costo mucho menor que la producción que podemos hacer nosotros.