miércoles 14 de noviembre de 2012
Ahora, un gran paro nacional activo
1. El 8N 1. El 8N “El cacerolazo del 8N fue una multitudinaria y heterogénea movilización de protesta y reclamos al gobierno” (Comunicado del PTP y el PCR, 9/11). El gobierno K no lo ve así. La presidenta afirmó que los caceroleros “tienen una visión distorsionada del país”, Aníbal Fernández los calificó de “ultraderecha paga”, el “Cuervo” Larroque los trató de “zombis”, y el diputado Kunkel los calificó de “sediciosos” por violar el principio ultraliberal de que “el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes”. Hubo grupos, minoritarios, de la derecha clerical, conservadora, gorila, etc. Algunos de esos grupos fascistas, como los de Cecilia Pando y Biondini, soncriados y amamantados desde los servicios del Estado, siempre funcionales al gobierno de turno para descalificar protestas. Pero el “aporte” más importante del gobierno K fue inflar el peso político del macrismo a través de sus medios. Siempre el gobierno K busca polarizar con Macri: hay grandes negocios con el padre del jefe de gobierno porteño, y acuerdos políticos y de negocios en la Legislatura capitalina. También Clarín, embarcado en la pelea por el 7D, se ocupó de inflar e inclinar hacia sus intereses el contenido del cacerolazo, con propaganda producida que desentonaba con la multitud de pancartas caseras mucho más ligadas a los reclamos populares. 2. Mentiras y verdades ¿Quién tiene una “visión distorsionada del país”? ¿los asalariados que reclaman un plus de fin de año para que el impuesto a las ganancias no les robe…