1. El ajuste agrava el hambre de millones Los efectos del ajuste agravan cada vez más la situación de la clase obrera y el pueblo en la Argentina. La inflación alcanzó el 6,4% en el mes de agosto y en los últimos 8 meses acumuló una suba del 56,4%. El litro de leche subió a $150, el kilo de pan arrima los $400, y el de azúcar sale más de $200. El valor de compra para los desocupados y precarizados que cobran planes sociales como el Potenciar Trabajo, que será de $23.925 a fin de septiembre, quedó por debajo de la canasta de indigencia: $32.963,69,  según el Índice del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec). Las jubilaciones mínimas llegaron este mes a 50 mil pesos, con el refuerzo de 7 mil pesos que se conquistó con la lucha. También están muy por debajo de los $111.298 que se necesitan para poder cubrir la alimentación y los servicios básicos. En muchas provincias, como Tucumán, hay trabajadores municipales que son “monotributistas”, precarizados por el propio Estado, que no llegan a los 30 mil pesos de sueldo. La mayoría de las paritarias de los que trabajan bajo convenio quedaron por detrás de una inflación que superaría el 100% anual. Están llegando las boletas con los tarifazos y son miles los que no van a poder pagar. Una/un campesina/no pobre, sin tierra, que venía pagando la fortuna de 45 mil pesos por la electricidad, ahora pasa a pagar 150 mil pesos para poder…