1. Las emergencias se agravan La renuncia del ministro de Economía Guzmán dejó en evidencia la crisis en el gobierno. La alta inflación sigue agravando las emergencias. En muchos hogares se hace imposible la compra de carne y lácteos. La mitad de los menores de edad están bajo la línea de pobreza, son millones de niños que crecen con una alimentación deficiente. Al caer el valor de compra de los salarios, las jubilaciones y los planes sociales, se sigue descargando la crisis económica en los sectores populares. Según el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censo) una familia de cuatro integrantes en Argentina necesitó en mayo de 2022 $99.677 para no ser pobre, y $44.499 para no caer en la indigencia. El salario mínimo vital y móvil es -a partir del 1° de junio- de $45.540. Los planes sociales, según el Anses, son de $19.740. Y la jubilación mínima, que cobran más de 7 millones de personas mayores, llegará en junio a $37.524. Por otro lado, los sectores agroexportadores agrupados en la Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Centro de Exportadores de Cereales (CEC) liquidaron en el primer semestre del año 19.144 millones de dólares. Esto supera en casi un 15% a la marca anterior de 2021. Es decir, que hay una minoría que se la sigue llevando en pala, mientras la mayoría del pueblo sigue pagando la crisis. Los beneficiarios son un puñado de terratenientes, monopolios exportadores de granos, minería, petróleo, bancos y…